EE.UU. pondera uso de su reserva petrolera al aproximarse más sanciones a Irán

Los precios internacionales del petróleo han bajado en meses recientes, pero la proximidad de nuevas sanciones a Irán, que reducirán la cantidad de barriles en el mercado, pone en la agenda de la Cumbre del G8 que comienza hoy el uso de parte de las reservas estratégicas de Estados Unidos.

Las sanciones adicionales contra Irán entrarán en vigencia dentro de un mes y medio y, si se aplican estrictamente, quitarán del mercado mundial aproximadamente 1 millón de barriles diarios de crudo.

El 1 de julio es la fecha en que la Unión Europea debería interrumpir sus importaciones de petróleo desde Irán. La UE es el mayor comprador de crudo iraní.

Por su parte, el 28 de junio Estados Unidos decidirá si otros compradores de petróleo iraní, como Corea del Sur, China e India, han reducido sus importaciones en grado suficiente como para que Washington no les imponga sus propias sanciones.

Aunque las sanciones son parte de las presiones para que el Gobierno de Irán suspenda su programa nuclear, el asunto adquiere un relieve peculiar dentro de Estados Unidos cuando faltan menos de seis meses para las elecciones presidenciales.

Los aumentos del precio de la gasolina hace un par de meses mellaron la popularidad del presidente Barack Obama, quien busca la reelección en noviembre.

Durante los últimos días han circulado conjeturas acerca de que EE.UU. buscará en la Cumbre del G8, que se inicia esta noche en Camp David, a las afueras de Washington, apoyo para recurrir a sus reservas estratégicas de petróleo como medida para contener el encarecimiento del crudo y, en consecuencia, de la gasolina.

Por su parte, la Casa Blanca lleva varias semanas insistiendo en que no ha tomado ninguna decisión al respecto y ha reiterado que tiene varias opciones sobre la mesa.

En Camp David también habrá un "debate amplio" sobre el posible aumento de los precios del petróleo cuando se apliquen las nuevas sanciones contra Irán y los líderes "discutirán la gama de opciones" que tienen para hacerle frente, indicó este jueves el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Donilon.

La reserva petrolera estratégica (RPE) de Estados Unidos, con una capacidad de almacenamiento de 727 millones de barriles, contiene actualmente 696 millones de barriles, que al nivel actual de consumo equivale a unos 80 días de importaciones.

El máximo de días de protección de importaciones que haya habido en la RPE fue de 118 dÍas en 1985.

Mientras, el máximo de reservas se registró el 28 de diciembre de 2009, cuando Estados Unidos tenÍa en sus cavernas 726,6 millones de barriles de petróleo crudo.

La Agencia Internacional de Energía ha establecido un requisito de protección de importaciones de 90 dÍas y Estados Unidos cumple su compromiso con una combinación de crudo en la RPE y en reservas de la industria privada.

No es la primera vez que se considera la posibilidad de "liberar" parte de las reservas ante una crisis: en 2005 el Gobierno del entonces presidente George W. Bush ordenó la entrega de crudo como resultado de los daños que causó en la costa de Luisiana y Misisipi el huracán "Katrina".

Esa entrega se hizo en forma de préstamos y canjes con la industria privada y totalizó 20,8 millones de barriles.

En septiembre de 2008, antes de que el huracán "Gustav" llegara a tierra firme, la REP tenía 707,21 millones de barriles, el nivel más alto alcanzado hasta entonces.

Tras el paso de los huracanes "Gustav" e "Ike" se entregaron unos 5,4 millones de barriles de crudo de la reserva.

Desde 1996 ha habido por lo menos una docena de ventas y canjes de crudo de la REP, incluida la venta de 21 millones de barriles de crudo durante la Primera Guerra del Golfo en 1990-91.

Algunos analistas dudan del impacto que pueda tener una distribución de parte de la REP a mediano plazo en el mercado de la energía: los estadounidenses ya han estado reduciendo su consumo durante años, al tiempo que se ha incrementado notablemente la producción petrolera dentro de Estados Unidos.

La REP tiene una capacidad máxima de distribución de crudo de unos 4,4 millones de barriles diarios y se requerirían 13 días desde una decisión presidencial hasta que el crudo de la reserva estratégica entre en el mercado estadounidense.

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