El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos creció un 1,9 por ciento en el primer trimestre de este año, confirmando así la desaceleración de la primera economía mundial, según anunció hoy el Departamento de Comercio en Washington.
Los nuevos datos anualizados suponen una caída considerable frente al 3,1 por ciento registrado en el trimestre anterior, pero están en línea con las proyecciones anunciadas por el gobierno de Barack Obama a comienzos de año.
En sus nuevas cifras, acorde con las previsiones de los economistas, el Departamento de Comercio corrigió ligeramente al alza, en 0,1 puntos porcentuales, los datos de crecimiento dados a conocer hasta el momento. Inicialmente, expertos habían pronosticado un crecimiento superior al 2,0 por ciento entre enero y marzo de este año, pero sobre todo los débiles valores del consumo privado les llevaron a corregir hacia abajo sus previsiones.
En el periodo de referencia, los estadounidenses compraron menos automóviles de lo previsto, al tiempo que también los altos precios de la energía les hicieron contener el gasto. El gasto público se redujo igualmente.
La Reserva Federal en Washington habló esta semana de una desaceleración transitoria de la economía y pronosticó para 2011 un crecimiento de entre el 2,7 y el 2,9 por ciento. Dicha previsión es inferior a las anteriores, que apuntaban a un rendimiento superior al 3,0 por ciento. Los guardianes del dólar están preocupados sobre todo por la alta tasa de desempleo en Estados Unidos, del 9,1 por ciento.
La Fed prevé que la tasa de desempleados oscile entre el 8,6 y 8,9 por ciento a lo largo del año.