Para 1981, segundo año de su administración, el país había multiplicado por 17 veces la deuda pública (deuda externa y deuda interna) respecto del inicio del auge petrolero.
Mientras que en 1972 la deuda alcanzaba los USD 343 millones; en 1981, el mismo rubro llegó a USD 5 868 millones, recuerda Jaime Carrera, director del Observatorio de la Política Fiscal, al citar cifras del Banco Central.
En aquella época el Gobierno se sostenía en un fuerte gasto público y un modelo cimentado en la sustitución de las importaciones y el desarrollo de la industria nacional con base en fuertes aranceles externos.
El jefe del Área Académica de Economía de la Universidad del Pacífico, Jaime Cabezas, argumenta que la política de desarrollo económico de Roldós se fundamentaba en el Estado.
Por ello, una de sus primeras medidas, en 1980, fue duplicar el salario mínimo de 2 000 a 4000 sucres, y reducir la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales, cuenta Cabezas, quien ese año era estudiante de Economía.
Carrera añade que bajo esa línea se incrementó el aparataje burocrático del Estado. Decisiones que, sin embargo, en pocos meses le pasarían factura.
Para 1981, los precios del petróleo comenzaron a bajar y el financiamiento externo comenzó a encarecerse, motivado por una crisis mundial.
Carrera advierte que la tasa de interés para los préstamos de los bancos estadounidenses pasó de 9% a 18,9%, lo que llevó al Gobierno de Roldós a pensar en tomar medidas de ajuste.
A ello se sumó otro elemento negativo: el conflicto con el Perú, que demandó del Estado un monto que osciló entre 1 000 millones y 2 000 millones de sucres adicionales no presupuestados.
Para ese momento, nuevas medidas de corte social no podían ya sostenerse sino que, por el contrario, se aplicó un primer ajuste en los precios de los combustibles, que se habían mantenido congelados varios años.Con ello, la inflación se elevó del 9% en 1980 al 17% al año siguiente.
Adicionalmente, se empezaron a barajar medidas de corte restrictivo como el congelamiento de los salarios y la devaluación.
Sin embargo, el fallecimiento del Mandatario dejó la agenda de ajustes a su sucesor: Osvaldo Hurtado.
Durante su período, la cotización del dólar pasó de 25 a 44 sucres.
Para Jaime Carrera hay un paralelismo entre el período de Roldós y la administración de Correa, ya que ambos sostenían un alto gasto estatal, políticas proteccionistas y también un fuerte aumento de la burocracia.
Destaca que en esa época tampoco fueron medidas acertadas porque el crecimiento económico era del 3%.
Cabezas opina que la diferencia entre las dos administraciones está en que Roldós tuvo solo un año de bonanza petrolera, mientras que para Correa esta se ha extendido por cinco años. Señala que en ambos gobiernos se promovió el proteccionismo y la constante intervención del Estado en la economía.
Una visión más social se acentuó
Tras el fin a la dictadura, el ex presidente Jaime Roldós buscó dar un giro al sistema de atención de salud. Entre 1976 y 1979 se ponía más énfasis a la parte curativa, por lo que planteó el reforzar la parte preventiva, la profilaxis y fortalecimiento de la salud pública. Este cambio se debió a su formación académica y su visión más social. Una de las decisiones que más recuerdan médicos e historiadores es que formó un comité multidisciplinario, para que desarrollara el Plan Nacional de Salud. Para Francisco Andino, ex ministro de Salud, dejó un legado positivo para el sector sanitario popular del país.
En ese entonces, el sistema de salud tuvo cambios a escala cantonal y provincial. Andino también recuerda que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) se volvió trascendental, pues hubo una expansión y avance de las casas de salud y dispensarios de este sistema.
El cardiólogo Luis Felipe Sánchez, de 56 años, de su parte, sostuvo que la salud en 1981 estaba mejor que ahora. Si bien la población madrugaba en busca de turnos, siempre era atendida el mismo día. Ahora, en cambio, los hospitales están colapsados y con el ‘call center’ se logran citas para después de tres meses.
Otros avances de la época fue lo tecnológico y con la Ley de Aseguración Médica, los puestos de los hospitales públicos se cubrían en base a méritos. “Hoy prevalece la ‘dedocracia”.
El número de vehículos se quintuplicó
En el año que murió Jaime Roldós, en Pichincha se matricularon 87 230 carros, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
El año pasado, el Municipio de Quito registró a 435 000 vehículos. El incremento del parque automotor obligó a las autoridades a aplicar, el año pasado, una medida para restringir la circulación vehicular y descongestionar las avenidas.
La avenida más amplia de la ciudad era la 10 de Agosto, que en ese entonces no tenía el trazado de los carriles exclusivos para la circulación del trolebús.
En 1981, en Pichincha se matricularon 1 038 buses de servicio público, ahora solo en Quito están autorizados 2 400.
Marco Santamaría tiene 74 años y recuerda que en esas unidades se viajaba con mucha comodidad, se podía leer el periódico y no se soportaba empujones y maltratos en el momento de subir o de bajar. “Era un placer, porque además había mucha seguridad”.
Cuando Roldós era presidente, la avenida Eloy Alfaro llegaba hasta el Comité del Pueblo. Más al norte se extendía un bosque, que dos años después fue invadido y empezaron a aparecer urbanizaciones como la Pisullí y la Jaime Roldós. Hacia el sur, la parte urbanizada terminaba en El Beaterio. Ahora llega hasta el sector de Tambillo.
Tampoco se observan casas y conjuntos habitacionales en las faldas del Pichincha.
El deporte tuvo un cambio estructural
El día de la muerte de Jaime Roldós Aguilera, presidente de la República (+), la Selección de Fútbol jugaba ante Chile, en el estadio Modelo Guayaquil, por las eliminatorias al Mundial de España 1982.
La noticia se conoció en el estadio, lo que originó tristeza entre los aficionados y futbolistas presentes. Ecuador empató 0-0, pero ya no tenía posibilidades de clasificarse.
En esa época, la estructura del fútbol presentaba desorganización dirigencial. No se apostaba a proyectos a largo plazo. La Selección tuvo en esta etapa seis entrenadores. Empezó con Miguel Ubaldo Ignomiriello, después pasaron Alberto Spencer, Ernesto Guerra, Otto Vieira, Juan Araujo y terminó con Juan Eduardo Hohberg.
A finales de los ochenta e inicios de los noventa la estructura dio un vuelco al apostarse a proyectos a largo plazo en el fútbol y en otras disciplinas, que se cosecharon en ese mismo espacio e inicios del 2000 con los triunfos de Andrés Gómez, en tenis, y de Jefferson Pérez, en marcha.
Pero 30 años después el escenario es distinto. Ecuador se clasificó a dos mundiales de fútbol y es un competidor con mayores posibilidades, en relación a esa época. A eso se agregan las cuatro clasificaciones a copas mundiales en las categorías Sub16, 17 y la Sub 20.
Así nos enteramos
Mónica Varea/ Librera
‘Me puse a pensar en el niño Santiago Roldós’
Yo recuerdo que estaba con un amigo y con mi hija Carolina, que estaba recién nacida. Mientras estaba bañando a mi hija, alguien dijo que el Presidente había muerto. En seguida encendí la radio y esa noticia era cierta: Jaime Roldós había muerto.
Yo casi me muero; me puse a llorar. Se me mezcló la depresión posparto con la muerte de Jaime Roldós.
J. Voltaire Villafuerte / Futbolista
‘El estadio Modelo se quedó en total silencio’
Jugábamos contra Chile, en Guayaquil. Fue extraño, porque la gente empezó a rumorear en las gradas. De un momento a otro todos se quedaron en silencio. Alguien nos dio la noticia del fallecimiento. Quisimos parar el partido. Los chilenos también estuvieron consternados. El partido ya no fue el mismo.
Andrés Páez /Asambleísta
‘Un momento de regocijo se convirtió en pena’
Estaba en la premiación de la Feria de Ciencias del Colegio Spellman de Quito, donde estudiaba. Había ganado el primer premio y casi al finalizar el acto anunciaron la lamentable noticia. En eso momento se generó un murmullo generalizado y hubo muchas muestras de pesar. Lo que fue un momento de regocijo se convirtió en uno dramático y penoso.
Juan Zapata / Mayor de Policía
‘Todo pasó muy rápido mientras veía el partido’
Estaba viendo el partido con Chile y no entendía lo que sucedía porque era muy pequeño. Pero mi madre era fanática de Jaime Roldós y se puso a llorar desconsoladamente. Nos dio mucha pena porque fue un hombre que comenzó con la etapa democrática en el país y perdió la vida de una forma dramática.
Jorge Gallardo / Ex Ministro
‘Me dejaron un mensaje en la contestadora’
Estaba en Universidad de Kansas, en un masterado en Finanzas. Había salido con mi familia a un parque de diversiones y al regresar al departamento encontré un mensaje en la contestadora. Era un profesor que sabía de mi amistad con Roldós, quien me decía que había tenido un accidente. Llamé a Guayaquil y mi papá me dijo que había muerto.
César Montúfar / Asambleísta
‘Enterarme de la muerte de Roldós fue muy duro’
Estaba mirando el partido Ecuador-Chile. Era estudiante y para mí fue impactante, porque fui gran admirador de Jaime Roldós. Cuando él resultó electo, estaba en segundo curso, y le escribí una carta sobre cuáles eran para mí los problemas del país. Lo más impresionante fue que me respondió en agradecimiento y yo todavía conservo esa carta.