Los campesinos del valle de Íntag, Imbabura, deben trasladarse de sus casas a sus terrenos con cédula en la mano. Así lo denunció ayer Polibio Pérez, presidente del Consejo de Comunidades de la parroquia García Moreno.
Esto es parte del control que realiza la Policía en la zona, luego de que un equipo de la Empresa Nacional Minera (Enami) ingresara el jueves pasado, escoltado por 120 uniformados, para recolectar varias muestras del área.
Según Santiago Yépez, gerente de la Enami, se prevé que dentro de los próximos 15 días los especialistas tomen muestras de suelo, agua y aire, como parte del estudio de impacto ambiental para la exploración de reservas de cobre en el proyecto minero Llurimagua.
Pero el dirigente, contrario a la minería, aseguró que para esa acción se realiza un operativo que abarca a la mayor parte de la provincia de Imbabura.
Incluso, Pérez explicó que autobuses de transporte público -que cubren la ruta Otavalo-Íntag- no han podido ingresar por un supuesto impedimento policial. “Este es un sistema de amedrentamiento que maneja el Gobierno”.
Sin embargo, Wilmer Taboada, gobernador de Imbabura, señaló que el operativo de seguridad se mantiene para precautelar el bienestar de la población. Señaló que se aplica un control de armas y de documentos. “Eso se realiza en varios sitios de la provincia, con más razón en una zona en donde se genera un conflicto”.
Entre tanto, Carlos Zorilla, miembro de la organización Defensa y Conservación de Íntag (Decoin) rechazó que el manual ‘Protegiendo a su comunidad contra empresas mineras y otras industrias extractivas’ -de cuatro autores, entre ellos Zorilla- sugiera protestas incluyendo a mujeres con niños en brazos.
Así lo señaló Santiago Yépez, de la Enami, refiriéndose al grupo que trató de impedir el ingreso de técnicos de esta empresa a la comunidad de Junín, el jueves. Dijo que eran una minoría y que habría utilizado el conocido manual de Zorilla.
Para el activista es una campaña de desprestigio de las autoridades, en su afán de desarrollar este proyecto minero. Explica que el texto es una guía de resistencia pacífica para conservar la biodiversidad.