En noviembre y diciembre se disparan los intentos de introducir ilegalmente mercadería procedente de Colombia a Ecuador. Así lo confirma Ramiro Urresta, gerente de la Corporación Aduanera Ecuatoriana (CAE), distrito Tulcán, en Carchi. El funcionario relaciona el fenómeno del contrabando con la creciente demanda de mercaderías a propósito de las comprar para las fiestas de Quito, Navidad y fin de año.
La semana pasada, precisamente, se capturó una camioneta que transportaba 28 cajas que contenían 375 botellas de whisky, valoradas en USD 17 500.
Una patrulla del Grupo Operativo Móvil (GOM) del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) realizó un seguimiento del ve-hículo sin placas. Finalmente lo interceptó en Yahuarcocha, Imbabura. Ahí se comprobó que los dos ocupantes del vehículo no poseían documentos que respaldaran la procedencia del licor. Por eso fueron detenidos.
Este caso se suma a la captura de una camión en Ibarra, el 5 de diciembre, que llevaba zapatos, armadores, ropa, bisutería, así como juegos pirotécnicos. Tras el forcejeo con los presuntos propietarios de la mercadería, se logró confiscar únicamente los explosivos, por los riesgos que representan para la seguridad.
En Carchi también se han realizado numerosas capturas. Solamente entre el 16 al 21 de noviembre, en las localidades fronterizas de La Pintada y Rumichaca, el SVA confiscó 576 botellas de whisky, seis televisiones LCD, 400 revistas de manualidades y pinceles y 190 sacos de melaza. En aquella ocasión, John Andrade, jefe (e) del SVA, calcula que el producto del contrabando bordeó los USD 25 000.
Según Urresta, en los últimos meses del año los contrabandistas intentan introducir ilegalmente licores, zapatos, ropa, juguetes, caramelos y explosivos. Reconoce que el control es complicado por la amplitud de la frontera con Colombia. “Solamente en el Carchi hay 30 vías por donde se intenta evadir el control aduanero”.
De acuerdo con las autoridades de control, estos pasos ilegales están en los sectores de: El Capulí, Peñas Blancas, Chical, La Unión, El Partidero, San Juan, Puente Palo, Arenal, Aguas Hediondas, Tufiño, 20 de Marzo, El Charco, Angasmayo, Cuatro Esquinas, Puente Nuevo, Calle Larga, La Estrellita, Casa Pintada, Cartagena, El Carmelo y Santa Bárbara. Todos están ubicados en siete de las nueve parroquias de Tulcán.
“Muchos productos han sido introducidos a través de los ríos”, asegura un guardia aduanero, mientras rompe los plásticos que contienen la mercadería. “Siempre que cruzan por un río vienen envueltos en este material y asegurados con cinta de embalaje”.
En la mayoría de los casos el producto de contrabando, como licores y juegos pirotécnicos, es destruido. “Esa es la medida que se adopta, pues son productos peligrosos. En el caso de los licores, por ejemplo, no se conoce la procedencia”, comenta Urresta.
En cambio la ropa y electrodomésticos son rematados. Todavía no hay cifras globales de las capturas de este año.