El probar nuevas sensaciones, experiencias y sabores ha hecho que el consumo de vino en el país aumente. Según los expertos, la percepción de que esta bebida es ingerida solo por sectores de clase alta está desapareciendo, ya que en los restaurantes de clase media también se sirve. Aunque el mercado es aún pequeño.
Pablo Taramelli, propietario de la empresa Dos Hemisferios, dice que el consumo por persona en Ecuador aumentó de una copa a una botella, en los últimos 10 años. El mayor consumo se da en Quito, Guayaquil y Cuenca.
Víctor Flores, gerente de la importadora Dimevar, estima que en el país el consumo del vino se da en personas desde los 22 ó 25 años, quienes prefieren un vino ‘joven’. Conforme avanza la edad, el consumidor se vuelve más exigente y se decanta por un vino de reserva, gran reserva y edición especial. La exquisitez aumenta dependiendo de la constancia.
Firmas que comercializan el producto como Xafel, Comsosa, Dimevar, Virumec, y el restaurante Riviera advierten cambios en la procedencia. Observan que desde 2010 ingresa más vino chileno y argentino, y ya no europeo.
El pago del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) contribuyó al cambio. La aprobación de la Ley de Fomento Ambiental hizo que se modifique la fórmula de cálculo del impuesto para licores. En el 2011 se pagó USD 5,80 por litro de alcohol puro, en el 2012 USD 6 y en el 2013 será USD 6,20. Antes se pagaba sobre la base del contenido total o de los niveles de producción, ahora en función del grado de alcohol.
Además, las bebidas con alcohol pasaron de pagar un arancel ad valórem (sobre valor) del 20% , a cancelar un arancel mixto del 1% y USD 0,25 por grado alcohólico. Esto último lo fijó el 15 de junio pasado el Comité de Comercio Exterior (Comex).
Pese a esto, según el Banco Central (BCE), de enero a septiembre del 2011 el país importó USD 5,7 millones en vinos. En similar período del 2012, las importaciones subieron un 66%.
Los únicos que no se perjudicaron con los aranceles fueron los licores de origen chileno y argentino. Estos gozan de preferencias arancelarias, por acuerdos de complementación económica suscritos con Ecuador.
Esteban Sosa, gerente de Mercado de Comsosa, indica que los constantes cambios de reglas para el sector importador afectan. Hasta el 2008, esta firma compraba 4 000 cajas, ahora 3 000. Ellos adquieren desde 1987 el vino chileno Cousiño Macul.
La importadora Virumec trae vinos de Argentina, Chile, España y Escocia desde hace ocho años. Su ejecutiva de ventas División Licores, Cecibel Villamar, dice que estas medidas hicieron que bajara el consumo de licores, como los de España, “que son caros de por sí”. Pero cree que benefició a los de Chile y Argentina.
El alza de precios hizo que restaurantes como el Riviera cambiaran su oferta. Este local solo ofrecía vino italiano. Ahora sirve chileno y argentino. Para su propietario, Luigi Passano, estos cambios hicieron que hace dos meses disminuyera su importación. La firma traía 10 000 botellas, pero ahora la mitad. Para el 2014, ya no ofrecerán vino italiano.
Passano asegura que esto perjudica la imagen de la firma, ya que es la única que tiene el certificado de Hospitalidad Italiana otorgado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Cámara de Comercio Italiana. Esto, por ofrecer productos casi en su totalidad italianos. “A pesar que el vino italiano es caro, la gente lo pide, porque es bueno”, manifiesta.
No solo en este restaurante se ofrecen platos acompañados de vino, sino también en hoteles. Para Carolina Jurado, encargada del área de Guayaquil de la importadora Xafel, aunque los precios suben, los conocedores de vino desean probar otras variedades, por lo que no consideran el precio.
El vino ecuatoriano también toma su espacio dentro de los foráneos. En el país hay tres viñedos, en las parroquias Yaruquí y Pomasqui de la provincia de Pichincha; y en San Miguel del Morro, en Guayas. En esta última se cultivan uvas de las variedades Malbec y el Cabernet Sauvignon. En este sector la inversión por hectárea es de USD 15 000.
La producción de uvas en las nueve hectáreas es para producir el vino que distribuye Dos Hemisferios. El viñedo y la empresa son de propiedad de Pablo Taramelli. Para el empresario, el vino ecuatoriano es de igual y mejor calidad que el extranjero.
Según Jurado, en Quito prefieren el vino tinto y el Malbec. En cambio en Guayaquil el Merlot y el tinto. Villamar dice que aún falta por explotarlo, ya que el mercado es pequeño. Lo primero que se prueba es el vino marital o joven (maduración de un año).
Cómo elegir un buen vino, según la ocasión
El vino forma parte de la gastronomía y del lazo de amistad. Según La Cofradía del Vino, la tendencia de consumo en el país es hacía los Malbec, Cabernet Sauvignon, y Carmenere. Estas cepas fueron premiadas con Oro, en el primer concurso que realizó la firma Ecuador Elige.
Para escoger un vino se debe primero conocer la ocasión para la que se lo requiere, y con qué se lo va a combinar. Según Grace Donoso, quien es sommeliere de La Cofradía del Vino, un Sauvignon Blanc va bien para acompañar un cebiche, y un Cabernet para un asado. El sushi puede ser acompañado con un espumoso.
También se debe considerar los años. Los vinos blancos, rosados y tintos, más económicos, deben comprarse y beber jóvenes. Pero los blancos y tintos, criados en roble, pueden comprarse de hasta 4 a 6 años (fecha indicada en la etiqueta) preferentemente.
Pero si va a un restaurante es recomendable escuchar la sugerencia del sommelier, ya que ellos le asesorarán de manera adecuada qué vino consumir. En el país existen 34 profesionales calificados. Para formarse en esta rama puede hacerlo en la Universidad San Francisco, que tiene el aval de la universidad argentina Juan A. Maza de Mendoza, conjuntamente con La Cofradía del Vino.
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