El consumidor está relegado

Los productores de leche vienen reclamando por el precio que reciben de los industriales. Dicen que no les alcanza para cubrir sus costos de producción, por tanto, necesitan que se aumente el precio oficial decretado por el Gobierno hace dos años.

El Gobierno reconoce que este sector ha sido afectado por la sequía y que han aumentado los costos de los fertilizantes, insumos, mano de obra, etc. Por eso aprobó que se incremente el precio que reciben por el litro de leche.

No importa la informalidad en el sector agrícola y que no se pague salarios de USD 240. Tampoco que tributen menos que el resto, a lo mejor porque no genera utilidades.

Para esta semana, los industriales anuncian que será necesaria una revisión del precio de venta al público, ya que deberán pagar un mayor precio a los ganaderos, lo que incrementará sus costos.

El Gobierno reconoce que los industriales no deben perder y que el mayor precio que pagarán a los ganaderos significará un aumento de costos.

Con estas decisiones el Régimen ha retomado la teoría de que los precios al público deben ser la sumatoria de los costos de producción, más un margen de rentabilidad para la empresa.

Esta fórmula solo funciona en mercados cerrados, donde la cadena de costos se traslada al consumidor final. Cuando los mercados se abren o existen reglas que fomentan la competencia, quien determina los precios es el mercado.

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