Los locales de compraventa de oro en Quito lucían ayer vacíos. Muy pocos clientes se acercaban a preguntar y los días se hacen largos para los comerciantes del valioso metal, cuyo precio internacional rompió un récord histórico el martes pasado.
El capitán Juan León, quien tiene su negocio desde hace 16 años en la av. Amazonas y Pinto, se entretenía ayer alimentando a su perro boxer en la puerta del local. Enternado y sentado en una banca de madera, lamentaba la caída de la actividad. “Con un precio tan alto, es más difícil que yo compre oro. Y lo mismo sucede con la gente, nadie quiere adquirir joyas con un valor más alto”.El pasado miércoles, el precio internacional del oro llegó a los USD 1 251,85 la onza, el máximo valor al que ha llegado en toda la historia. Sin embargo, ayer, ese valor cayó hasta USD 1 214,65.
Cerca del local de León, Arley Rivera y su compañero de trabajo también esperaban por algún cliente. Era casi mediodía, el local Compra-Venta Amazonas lucía vacío y los dos jóvenes pasaban el tiempo detrás de la vitrina de barrotes conversando entre sí.
“El flujo de clientes ha disminuido considerablemente en las últimas semanas. Tenemos un esquema de negocio donde la persona que nos entrega la joya puede recuperarla en dos meses. Cuando nos entrega, le pagamos USD 17 el gramo y cuando le devolvemos cobramos USD 19”.
Como maneja precios de cotización bajos, los clientes no se acercan. Así lo señala Fátima Álava, quien luego de varios intentos por distintos puntos de la ciudad, salía frustrada de un local ubicado en el sector de Santa Clara.
“He recorrido media ciudad para que me paguen lo justo, pero especulan y me pagan bajo”, señalaba esta comerciante de joyas.
Para Fernando Cabrera, quien tiene su negocio en las calles Flores y Mejía, el mercado está alterado. Explica que quienes explotan el oro en las canteras quieren venderlo a como dé lugar, pero no hay quien compre por el alto precio.
En la ciudad se repite lo mismo. “No puedo comprar oro por el momento, prefiero comprar los papeles que la gente recibe al momento de empeñar sus joyas en el Monte de Piedad y que luego no pueden pagar”.
Ángel Urdiales, relativamente novato en el negocio, y con una discapacidad física, también esperaba que llegara alguien a su negocio. Recostado en el interior de su auto, escuchaba música, a la vez que se secaba el sudor. “ Hoy se está pagando entre USD 21 y USD 25 el gramo, dependiendo de los quilates de la joya. Pero muy pocos comerciantes compran, por eso la gente no viene”.
Desconociendo que el precio había repuntado, Gonzalo Ríos y su esposa llegaron ayer al local Compra-Venta Alameda, ubicado en la calle Olmedo y Guayaquil, en el centro de la ciudad, para adquirir una cadena de oro que estaba de remate y que la habían visto la semana pasada.
Estaban dispuestos a pagar los USD 280, pero la encargada del local les pedía USD 291 por la cadena. “Están tasando a USD 21 el gramo de oro. Eso es muy alto. Esperaremos hasta que baje”.