Codesarrollo se estrena como banco y prepara nuevos servicios

Un cliente del banCODESARROLLO realiza un trámite en las oficinas ubicadas en el sector de La Floresta, en Quito. Jenny Navarro / EL COMERCIO

Un cliente del banCODESARROLLO realiza un trámite en las oficinas ubicadas en el sector de La Floresta, en Quito. Jenny Navarro / EL COMERCIO

Desde el pasado lunes 3 de marzo, la ex Cooperativa Desarrollo de los Pueblos (Codesarrollo) empezó a operar como banco. Si bien las actividades para los clientes no han dado un giro, puertas adentro ya se trabaja con otra estructura y nuevo logotipo.

Su gerente, Carlos Mazón Ortiz, explica que este proceso de conversión empezó hace tres años, y hace pocos días la Superintendencia de Bancos dio el visto bueno para operar como banCODESARROLLO.

Si bien la institución funcionó como Codesarrollo desde hace 15 años, esta tiene sus orígenes hace 44 años, cuando empezó la labor del Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP).

A inicios de siglo, este fondo adquirió la Cooperativa de Integración, que estaba en liquidación, en Guayaquil, y trasladó sus operaciones a Quito con el nombre de Coodesarrollo.

La razón para este giro en el negocio fue que las nuevas normas establecidas en la Ley de Economía Popular y Solidaria, aprobada en el 2011, limitaba su campo de acción. Esta reglamentación estableció que ningún socio de una cooperativa pudiera tener más allá del 5% de certificados de aportación.

"Nosotros tenemos 200 socios. Pero el 61% de la aportación es del FEPP y otra parte importante de la banca cooperativa italiana. Además, contábamos como socios a 120 cooperativas de ahorro y crédito, que tenían una participación menor". Todos estos socios, una vez transformado en banco, pasaron a ser accionistas, con igual participación.

Otro factor que obligó al cambio fue que la entonces cooperativa solo podía, conforme la ley, mantener operaciones con sus socios. Pero los dos principales asociados no realizaban actividad y la cartera del resto no iba más allá del 10%.

Actualmente, el nuevo banco cuenta con una casa matriz en Quito, además de una sucursal al norte de la capital y 14 otras oficinas en varias provincias. Además, cuenta con 100 000 clientes directos y 150 000 indirectos, a través de las cooperativas asociadas.

El objetivo para las próximas semanas, conforme señala Mazón, será reforzar aún más las reservas de liquidez, para cumplir con las exigencias de la Superintendencia de Bancos y Seguros (SBS).

También ya está lista la plataforma para la emisión de cuentas corrientes para sus clientes, por lo que el próximo mes se solicitará a la autoridad de control la aprobación respectiva. A ello se sumará una red de cajeros, a través de varios sistemas actuales, para cubrir a los clientes del nuevo banco.

Entre los clientes, el cambio no se ha sentido. Virginia F., que ayer permanecía sentada en las gradas exteriores de la matriz, en el sector de La Floresta, centro de Quito, recién se daba cuenta que el logotipo de la entidad había cambiado. "No sabía que ahora es banco".

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