La conformación de un tribunal de arbitraje latinoamericano para resolver los conflictos entre los inversionistas y los Estados toma fuerza.
Ayer, en un taller sobre Mecanismos de Solución Justa y Transparente en casos de deudas, en Guayaquil, se insistió en la creación de un centro de arbitraje con un nuevo marco legal que evite los litigios entre transnacionales y gobiernos. El objetivo es reemplazar al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
El evento estuvo organizado por Jubileo 2000, Consejo Latinoamericano de Iglesias, Grupo Nacional contra la Deuda, Auditoría Ciudadana de la Deuda Brasil y otras organizaciones. Ahí participaron más de 30 representantes de Ecuador, Francia, Brasil, Alemania, Noruega y demás países.
Pedro Páez, presidente de la Comisión para la Nueva Arquitectura, afirmó que es urgente la creación de un nuevo centro de arbitraje para evitar que se ponga en riesgo la estabilidad financiera y macroeconómica de los países latinoamericanos. “Siempre en los conflictos ganan las transnacionales en perjuicio de los Estados. Las empresas chantajean y eso ya no es legítimo”.
Según Páez, en la Unasur ya existe la idea de crear un tribunal de arbitraje que sea imparcial y que fortalezca la institucionalidad de Latinoamérica. “El nuevo centro no se convertirá en un atraco de los intereses nacionales para beneficiar a ciertas transnacionales. Eso ya no dependerá del Banco Mundial”.
Para Hugo Arias, coordinador de Jubileo 2000, la idea es que los conflictos se resuelvan claramente y que todos tengan la oportunidad de refutar y presentar sus argumentos. “Debe haber reglas claras, transparentes y basadas en la justicia y en el respeto a los derechos humanos y a la naturaleza”.
Durante el taller también se analizó la creación de un Código Financiero, de las auditorías de deudas y de la judicialización de las deudas ilegítimas.