El ruido en la casa de máquinas de la Central Hidroeléctrica San Francisco es ensordecedor. Son las 17:30 del lunes pasado, en la parroquia Río Verde, a 8 kilómetros de Baños, en Tungurahua.Para ingresar a esa estructura se debe sortear dos puestos de guardia y una casa de madera verde de dos pisos donde funcionan las oficinas administrativas. Es preciso contar con un permiso de Gerencia para conocerla por dentro.
La sala de máquinas, el corazón mismo de esta planta, se halla en el interior de una montaña cerca a la carretera Baños-Puyo.
El ruido proviene de las dos turbinas que generan 230 megavatios de energía eléctrica (toda su capacidad), que luego se descargan en el Sistema Nacional Interconectado (SIN).
En un edificio gigantesco de hormigón y acero entre muros de roca maciza, un grupo de hombres ataviados con cascos blancos, camisas celestes, jeans y botas pantaneras caminan por los túneles que conducen a la casa de máquinas y a la sala de monitoreo.
Ellos se encargan de vigilar su funcionamiento. Juan Carlos Bedón es uno de los 100 trabajadores- entre técnicos, personal de limpieza y seguridad-, que laboran por turnos de ocho horas diarias. En dos pantallas, Bedón controla la capacidad de generación de las turbinas. Las lluvias de los últimos días permiten a los equipos trabajar sin problemas. Con solo aplastar un botón, controla la descarga de energía. En otro monitor mira las curvas del agua que ingresa por el túnel hacia las turbinas y la que sale al cauce del río Pastaza. Mientras Bedón vigila el funcionamiento, los funcionarios de Hidropastaza, liderados por Ciro Morán, hacen un recorrido.“Los daños en el túnel, en la chimenea de equilibrio, en el sistema electromecánico y en los álabes (aspas) que mueven a las turbinas están superados”, dijo Morán. Esto lo señaló porque en junio del 2008, en esta central construida por la firma brasileña Odebrecht se detectaron 17 fallas en el túnel de 11 kilómetros y en las turbinas. Esto obligó a una paralización inicial de 131 días, en el 2008 y en mayo del 2009 se paralizó una de las turbinas.
Sin embargo, para Morán “no hubo pérdidas económicas porque el daño se produjo en los meses de estiaje. No fue un perjuicio por la construcción, más bien fue un siniestro. El informe de la aseguradora Sucre no precisó lo ocurrido porque no hubo evidencias. Sin embargo, esta cubrió todos los gastos de la reparación”.
Pero estas declaraciones contrastan con los hechos, ya que la primera paralización se dio entre julio y octubre del 2008, meses de altas lluvias en la zona. Además, los dos informes de Contraloría determinan perjuicios para el país por cerca de USD 100 millones. Y, según la demanda arbitral, la paralización de la central, entre 2007 y 2011 significará un perjuicio de USD 98,7 millones.
Para septiembre, Morán asegura que se contratará a la fiscalizadora de las obras que debe realizar Odebrecht, con el fin de que las fallas y los daños registrados queden corregidos. Este control servirá para que los cinco años de garantía ofrecida por Odebrecht se cumplan, de lo contrario se aplicarán las garantías.
Morán concluyó que los juicios en contra de los funcionarios de la brasileña seguirán en la Fiscalía, pero en el convenio firmado el 8 de julio pasado, se condiciona las reparaciones al archivo de los procesos judiciales.
Las obras en Baba se reiniciaron
Los trabajos en el proyecto Multipropósito Baba se reiniciaron el sábado pasado a cargo de la empresa brasileña OAS, que firmó un contrato con el Gobierno en junio pasado por un costo de USD 130 millones para terminar la obra.
Odebrecht inició la construcción del proyecto pero lo dejó en septiembre del 2008, luego de que fuera expulsada del país.
El proyecto comprende la conclusión del trasvase del río Baba-Vinces hacia la central Daule Peripa, con el fin de que pueda acumular más agua a su embalse y guardar energía para el estiaje.
El proyecto multipropósito Baba también incluye una central de generación hidroeléctrica de 42 MW de potencia.
El ministro Miguel Calahorrano afirmó que las obras del trasvase estarán listas para enero del 2011, cuando comience el invierno en el Litoral.
El Coca-Codo tiene retrasos
La firma del acta de inicio de la construcción del Coca-Codo entre el Gobierno y la empresa china Sinohydro aún no se concreta.
La fecha estaba programada para inicios de este mes.
El 11 de junio pasado manifestó que el documento se suscribiría dentro de tres semanas pero aún no se ha concretado, de acuerdo con fuentes del Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos.
Según las fuentes, el presidente Rafael Correa quiere participar del acto pero aún no lo pone en su agenda. Correa puso la primera piedra del Coca-Codo en abril del 2008 pero solo se ha concretado las vías y algunos estudios.
En el acta de inicio es un inventario del avance registrado por el Estado dentro del proyecto y el punto de las obras donde comienza la intervención de Sinohydro.
De ahí corre el plazo de cinco años y medio para que entre en operación la central hidroeléctrica de 1 500 MW de potencia.