Los siete casinos que funcionaban legalmente en Guayaquil, cinco de ellos ubicados en o cerca de hoteles, no esperaron hasta las últimas horas del viernes pasado para cerrar sus puertas. Eso, pese a que la Asociación de Casinos y Bingos (Ascabi) aseguró que trabajarían “hasta el último minuto”.
Los locales de juegos de azar fueron cerrando progresivamente, pero no esperaron hasta la medianoche del viernes pasado, como lo permitía el Decreto 873, publicado el pasado septiembre y que daba seis meses de plazo para el cese de actividades.
Los siete casinos de Guayaquil daban empleo a unas 800 personas, según Ascabi. Esto, de un total de 3 367 empleados en todo el país. Según el representante legal de los casinos, Jaime Roura, la mayoría de los empleados despedidos no accedieron al programa gubernamental Socio Empleo.
Roura manifestó que a los empleados no se les brindó suficiente información del plan de empleo.
Lo cree también Antonio Castro, guardia de un casino ubicado dentro de un hotel cinco estrellas, en el centro de la ciudad. “Nos asesores del Ministerio de
Trabajo nos pidieron que reunamos unos documentos, nada más, no nos dijeron qué alternativas de empleos tendremos”, manifestó. Castro permanecerá una semana más protegiendo el local hasta que se traslade el mobiliario del interior, ahora sin uso. De allí el hombre de 28 años se quedará sin trabajo fijo, según aseguró.
Los últimos casinos en cerrar fueron los ubicados en las instalaciones de tres grandes hoteles, en el centro y norte de la urbe. El Casino Sol, del Hotel Sheraton, bajó sus puertas por última vez la madrugada del pasado miércoles. Las marquesinas se apagaron y solo un guardia quedó a cargo de su vigilancia exterior. Así también lucía el casino ubicado en elHilton.
El casino Fantasy, del Hotel Oro Verde, fue el último. El salón atendió hasta las 04:00 y luego cerró sus puertas. Dos guardias y una empleada de la limpieza fueron las únicas personas que quedaron al cuidado de la sala.
Según el Ministerio de Relaciones Laborales, los recursos asignados para el pago de las obligaciones patronales asciende a USD 4 500 000.