En el auditorio de Ciespal, en el norte de Quito, el ministro de Electricidad, Miguel Calahorrano, expuso los alcances de su gestión al frente de la Cartera de Estado desde diciembre del 2009.
Destacó la inversión de USD 611 millones, principalmente en generación termoeléctrica y en redes de transmisión.
Su discurso, no obstante, estuvo cargado de agradecimientos a los funcionarios del Ministerio y del sector eléctrico, lo que algunos interpretaron como su salida de la Cartera de Estado.
Ante la consulta sobre su posible salida, Calahorrano respondió que el presidente Rafael Correa estaba analizando su renuncia, pero que no tenía confirmación al respecto.
Fuentes del Gobierno, que pidieron la reserva, indicaron ayer que la salida del funcionario sería segura. En su reemplazo se barajan los nombres de Jorge Glas, actual ministro de Sectores Estratégicos, y de Bernardo Henriques, actual gerente de la CNEL (compañía que aglutina a las empresas de distribución de la Costa) y ex asesor del presidente Correa en temas eléctricos.
Calahorrano asumió el Ministerio de Electricidad cuando el país padecía de racionamientos de energía por falta de planificación en la instalación de nueva energía termoeléctrica.
Durante su gestión se terminaron de instalar seis motores General Electric de diésel (combustible que el país importa) con una potencia de 120 megavatios (MW) y se alquilaron más de 200 MW de las empresas APR e International Energy.
Varias voces se levantaron contra estas contrataciones por haberse realizado sin concurso. Pero las autoridades justificaron el tema porque era lo más rápido que podían conseguir, debido a la emergencia.
También se cuestionó el acuerdo suscrito con la constructora brasileña Odebrecht, para reparar la central hidroeléctrica San Francisco. Y se criticó la adjudicación del proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón a la empresa china CWE, pues se hizo sin licitación.