Un buen café depende de la concentración de su aroma. Para conseguirlo hay ciertas pautas que el consumidor debe tomar.
“Mientras más arriba del nivel del mar se cultive el café, más concentrado estará el aroma de los granos”, explicó Luis Gardella, dueño de la fábrica tostadora Café Gardella, en Guayaquil.
Ese tipo de café es el arábigo y se siembra en las zonas de clima frío. Esta variedad es ideal para realizar café de pasar. Según Gardella, despertar con la esencia de este café es mejor que con una taza de café soluble. Para desarrollar este último producto se usa el café robusta.
El café arábigo se planta en los 900 metros de altitud y se encuentra localizado en las cordilleras andinas occidentales y orientales.
Su precio por quintal es de USD 170. En cambio, el café robusta está en terrenos bajos, como los del oriente ecuatoriano. Su valor por saco es de USD 95.
Jéssica Naranjo, de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones, dijo que los cafetales se adaptan a los ecosistemas de las cuatro regiones. Las principales provincias cafetaleras son Manabí, Loja y Orellana.
Para Winston Aguirre, gerente de operaciones de Sweet & Coffe, el café pasado es una costumbre que “deberíamos retomar”. En ese local se preparan 70 distintas bebidas con café.
El arábigo con saborizantes es la nueva opción del local. La avellana y el amareto fueron elegidos para enriquecer el aroma y sabor del grano tostado.
Los granos de café hechos bebida
El café expreso se prepara con siete gramos de café molido en 30 mililitros de agua. Así se consigue el aroma y la textura ideal para quienes gustan de un café puro y sin mezclas. También se lo conoce como pasado.
El capuchino tradicional lleva leche tibia batida con un tenedor -para que se forme una espuma- luego se le agrega esencia de café. Al batir la leche hace que no sea necesario usar edulcorante en la bebida.
Hay café con sabor a avellana y amareto. Además orgánicos, cultivados en Cariamanga (Loja).
El frapuccino se consigue batiendo leche fría, hielo, azúcar y esencia de café, y si quiere amareto. Para darle un mejor aspecto, se agrega crema chantillí y unos toques de canela molida.
La dulzura del café arábigo
El tiramisú de café es un bizcochuelo mojado con esencia de café junto con el licor de amareto. En el centro del bizcocho va una crema batida de cocoa, esencia de café y esencia de vainilla.
La torta de café es un cake humedecido de esencia de café, con cocoa , canela en polvo y
leche al ambiente. Para decorarlo se puede usar crema chantillí y rollitos de chocolate negro en barra.
El helado de café se disfruta con frutos secos, como las nueces y almendras. Para suavizar el sabor se adhiere chantillí y duraznos.
El tres leches de café lleva un bizcochuelo, mojado con salsa de tres leches y esencia de café. En el centro va una capa gruesa de queso crema .
Entre el lavado, secado y la selección de los mejores granos
El café arábigo lavado es el preferido de Norteamérica. Su sabor es más suave que el que se seca con cáscara. El saco cuesta USD 220.
El café arábigo sin lavar es preferido por Suramérica. Su precio llega a los USD 170 por quintal. Este año se exportaron 113 000 sacos.
En la fábrica tostadora se almacenan los granos de café en sacos de yute. Para evitar la humedad se los levanta 40 centímetros del suelo.
A la salida de la tostadora se ventilan los granos de café. Esto permite que el color de las semillas se mantenga uniformes y no se quemen.
En el país se producen 600 000 sacos de café. Del robusta solo hay una especie, en el caso del arábigo hay plantaciones de caturra y nacional.