Hasta hace cinco meses, el Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV) no tenía claro cómo obtener recursos que permitan reactivar los créditos para la construcción.
Los pedidos de capitalización estatal no habían sido atendidos. Pero el 11 de diciembre del 2009, el Banco Central le inyectó USD 50 millones y está por entregar otros 150 millones provenientes de la reserva monetaria.
Por esa inyección de recursos el banco paga apenas una tasa de interés del 0,20% anual. Pero ese subsidio se justifica porque el objetivo es reactivar el papel social del banco y dinamizar al sector inmobiliario con crédito directo.
Hasta marzo pasado, el BEV había comprometido USD 39,4 millones para financiar 23 proyectos inmobiliarios. Y se encuentran en análisis USD 29,2 millones más para otros 13 proyectos .
Con estos nuevos negocios la entidad prevé que mejoren sus indicadores económicos. Incluso proyecta utilidades por USD 3 millones para el presente año.Para que eso suceda, las autoridades del BEV deben superar una serie de problemas pendientes, principalmente uno que se arrastra desde el 2006. Ese año la entidad arrojó pérdidas por USD 7,4 millones y debió entrar en un proceso de regularización ordenado por la Superintendencia de Bancos, del cual aún no sale.
En los dos últimos años, el BEV no ha presentado pérdidas, es más, registró utilidades (ver gráficos). Sin embargo, esos resultados se debieron a los ingresos (casi USD 29 millones) que generó la cartera de la Mutualista Benalcázar en liquidación.
El banco recibió esta cartera como garantía por el pago realizado a los depositantes de la Mutualista, por USD 19,4 millones.
Según el gerente del BEV, Rodrigo González, hasta ahora se ha recuperado USD 11 millones.
Para las autoridades de control, si no se consideran esos ingresos, que no son parte del giro del negocio, el banco registró un déficit operacional por USD 3,2 millones y 4,6 millones en el 2008 y 2009, respectivamente.
Esto se debe a las “limitadas operaciones de crédito y captaciones”, revelan los informes de la SBS y de auditorías externas.
González reconoce que el negocio prácticamente estuvo detenido y los gastos fijos eran muy grandes. Los ingresos adicionales permitían mantenerse a flote.
Otro inconveniente que arrastra la institución es la forma como maneja el riesgo en el momento de otorgar un crédito. El proceso de calificación aún se realiza manualmente, pero ya está en proceso de implementación un nuevo software bancario.
González explica que también se lleva a cabo un plan agresivo de cobros de deudas, puerta a puerta, 1 500 llamadas al mes. Y si el cliente no puede pagar, hay la opción de reestructurar la deuda.
Eso ha permitido reducir el índice de morosidad global, aunque nueve de cada 100 clientes no pagan a tiempo los créditos de vivienda. “En Guayaquil es donde más problemas tenemos de mora, hay créditos muy antiguos, se ha perdido información”.
El BEV mantiene tres fideicomisos inmobiliarios que no se pueden liquidar hasta la fecha: El Jordán, Vinces y Alcázar de las Rosas. Este tema pendiente le obliga a mantener USD 7 millones en provisiones, señala Roberto Bustamante, subgerente de negocios. También está pendiente cobro USD 14 millones al Ministerio de Vivienda por utilidades mal distribuidas desde el 2002.
Durante el 2009, el banco tampoco estableció políticas y procedimientos de control para evitar el lavado de activos.
No obstante, el 25 de febrero pasado fue corregido y aprobado el manual de control interno para la prevención de lavado.
Los cambios constantes de gerentes también han incidido en la continuidad de los planes de negocio. Desde el año anterior hasta ahora han pasado cinco gerentes, entre titulares y encargados.
Además, se observa un conflicto de intereses ya que dos hermanos: Roberto y Felipe Bustamante están a cargo de las subgerencias de negocios y de operaciones.
González dice que trabajan en áreas distintas, por lo que no habría problema. “No participan en el Comité de Inversiones. He pedido que la subgerencia de operaciones no participe más”.
Esta designación, según aclara, fue consultada a la SBS y fue autorizada. Este Diario pidió a la entidad de control una explicación sobre este caso, pero no recibió una respuesta.
Testimonio
Eduardo Castro/ Constructor
‘El BEV ya medio USD 1 millón’
Antes de que el Gobierno realice el aporte de la reserva monetaria se hizo un plan de reestructuración del banco porque estábamos interesados en tener acceso al crédito, pero cuando estuvo listo el Presidente inyectó los recursos. Como cliente ya me desembolsaron USD 1 millón pero me aprobaron 5 millones para seis proyectos y otros tres están en proceso por otros 5 millones.
Esto va a posibilitar que entreguemos 2 000 viviendas nuevas.
Estamos entusiasmados de que se apoye al sector, pero más bien tenemos problemas en los trámites municipales. Son tan engorrosos que hay una cantidad de créditos que no se aprueban porque no se tienen todos los requisitos. Para mí, el banco ha resucitado y está en la línea de cumplir con los créditos a los constructores.
Si bien se cambió la reglamentación de crédito hay un compromiso que se está asumiendo dentro de un marco de legalidad.