Las cotizaciones del barril de petróleo bordearon ayer los USD 110 por primera vez desde mediados de mayo pasado, al cierre en Nueva York, sostenidas por los temores sobre el aprovisionamiento de crudo iraní, y por buenos indicadores económicos en Estados Unidos.
El barril de “light sweet crude ” (WTI) para entrega en abril ganó 1,94 dólares en relación al jueves en el New York Mercantile Exchange (Nymex), y terminó a 109,77 dólares.
“Evidentemente, los precios se explican por los temores en torno al caso iraní”, dijo Phil Flynn, de PDG Best.
Teherán amenaza con interrumpir inmediatamente el suministro de oro negro hacia Europa, adelantándose en varios meses a la implantación de un embargo de la Unión Europea sobre su producción, previsto para julio.
En la misma senda que Europa, Japón, segundo mayor cliente del petróleo iraní, anunció sus planes para reducir sus compras, lo que aumenta la tensión en el mercado mundial.
En tanto, “ los indicadores económicos publicados (el viernes) hacen revisar al alza las previsiones sobre la demanda de energía” en Estados Unidos, agregó.
Los inversionistas celebraron indicadores esperanzadores en el frente del consumo que refuerzan la impresión general de que hay una aceleración de la recuperación en la mayor economía mundial.
Frente al alza de precio del crudo, Estados Unidos abrió la posibilidad de utilizar sus reservas estratégicas. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, dijo que en determinadas circunstancias se justificaría liberar estas reservas, en medio de las amenazas de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz.
Sin embargo, esa medida no ayudará a bajar los precios del petróleo, dijo Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, en medio de una reunión del Grupo de los 20 (G-20) en la capital mexicana.
Las sanciones financieras de Estados Unidos contra Irán, además de un inminente embargo de la Unión Europea, obligaron a algunos países a recortar sus compras de petróleo iraní.
Pese a estas presiones sobre los precios, Gurría dijo que no había una distorsión en los mercados y un precio del crudo por encima de 100 dólares por barril era la “nueva normalidad”.