La crianza de ganado sin control en Paraguay lleva a ‘derribar árboles y poner pastos exóticos’, cuestiona el ambientalista Guillermo Gayo.
Para frenar esta práctica en el sureño departamento de Paraguarí, la fundación que dirige apostó por la permacultura.
Basta con echar un vistazo alrededor de uno de los puntos más elevados de cerro Roke, donde se desarrolla el proyecto, para observar el peligroso avance de las manchas de pastura.
Una década atrás, la Fundación Takuara Renda se asentó en las inmediaciones de la localidad de Sapucái, en una cumbre que forma parte de un remanente del Bosque Atlántico, que se extiende por Argentina, Brasil y Paraguay, y cuya superficie selvática ha sido devastada en 93%.
Para su proyecto, la entidad escogió una zona que se encontraba muy degradada por incendios forestales y del talado de árboles para la actividad pecuaria.
Takuara Renda no busca establecer un cultivo del bambú, sino utilizarlo para ayudar a la recuperación del bosque degradado. Además, para emplearlo en la construcción. “Al bambú le cortas una rama y sale otra, así reemplazamos la madera”, indicó Rayo.
El Censo Agropecuario del 2008 indicó que el departamento de Paraguarí, con 500 000 hectáreas de forrajes, albergaba a 4% de los 12 millones de reses que tiene Paraguay.