El proceso de renovación de la Ley de Preferencias Arancelarias (Atpdea) para Ecuador y Colombia solo pasó la noche del miércoles su primera prueba: la Cámara Baja del Congreso estadounidense.
Ahora se viene la segunda y que luce como la más dura del proceso: la aprobación en el Senado. En el Senado se necesitan 60 votos para que se concrete la extensión de 18 meses de la Atpdea, pero de momento no hay esa cantidad.Antes de que el Senado conozca el tema, este pasará por su Comité de Finanzas. Según el embajador del Ecuador en Washington, Luis Gallegos, en esa instancia se decidirá si mantienen el texto aprobado por la Cámara Baja o si someten a consideración una nueva versión de la extensión.
Como la ley de la Atpdea está dentro de un paquete de más de una docena de leyes y revisiones entre las que costa el Sistema General de Preferencias (SGP), que abarca a 133 países, el debate se hace más complejo. En ese punto es en el que afloran los intereses de las industrias de cada estado.
Por ejemplo, el senador republicano, Jeff Session, ya dijo que él no votará por este paquete de preferencias hasta que Bangladesh deje de competir con la industria manufacturera AL Exxel Outdoors, asentada en Alabama.
De mantenerse ese tipo de posturas, en el Senado se afectará la aprobación de la Atpdea, pese a que no tiene nada que ver ni con las relaciones de Ecuador con EE.UU. ni con discrepancias que tienen en el plano comercial.
Una vez que el Comité de Finanzas apruebe el texto original u otro modificado, su contenido tiene que someterse a votación y lograr 60 votos, un número que en ocasiones a difícil alcanzar.
Por el momento, además de la oposición de Session, está la resistencia del poderoso senador republicano Charles Grassley. De ahí que el titular del Comité de Medios y Arbitrios, Sanders Levin, dijo el miércoles: “Hago un llamado a mis colegas en el Senado a actuar sin demora y aprobar esta ley vital para ampliar la oferta de mano de obra en EE.UU. ”.
En ese mismo sentido se manifestó el ex presidente Jimmy Carter, quien pidió al Congreso y al Senado aprobar las preferencias.
En este contexto, el embajador Gallegos identifica el factor tiempo como un duro obstáculo a superar. “Soy positivo y tengo esperanzas de que el Senado las apruebe, pero también hay que ser realistas y reconocer que estamos con una agenda contra el tiempo con la que está trabajando el Senado”. Según el diplomático, se ha reunido con unos 25 senadores y con los distintos comités involucrados en este tema. Todos esos actores coincidieron en que falta tiempo para poner el tema en debate antes del fin de año.
Desde 1990, cuando se crearon las preferencias, solo una ocasión no lograron aprobarse hasta el 31 de diciembre, sino en los meses venideros. Por ello, los productos andinos pagaron aranceles en esa ocasión, aunque luego fueron reembolsados.