Al canciller Ricardo Patiño se le olvidaron los axiomas de la diplomacia y, por lo tanto, no los aplicó correctamente en la cumbre entre la Unión Europea (UE) y los países de Latinoamérica, celebrada en Madrid a inicios de esta semana.
Sin medir el escenario donde se encontraba, a sabiendas que estaba “jugando de visitante”, sentenció en la mismísima sede de la Presidencia pro témpore europea, en España, que “nosotros no creemos en tratados de libre comercio, creemos en acuerdos para el desarrollo, acuerdos integrales para el desarrollo”.
Lo dijo en una reunión donde el plato fuerte era la firma de acuerdos comerciales entre la UE y Colombia, Perú y seis países de Centroamérica.
Mientras ellos vivían una fiesta, el Ecuador, a través de su Canciller, daba la espalda a este proceso, al menos en los términos que se han abordado en las negociaciones de los últimos años.
“Ecuador tiene la voluntad política de retomar las negociaciones para un acuerdo global con la UE, pero jamás firmará un Tratado de Libre Comercio (TLC) como el que Bruselas se apresta a suscribir con Colombia y Perú”.
La frase dio la vuelta al mundo y dentro del país desató el nerviosismo del empresariado, que empezó a hacer los cálculos de las pérdidas y los impactos que tendrá esta negativa para el país.
Ecuador, al igual que Bolivia, abandonó el pasado julio las negociaciones que Europa abrió con los cuatro países de la Comunidad Andina (CAN) con vistas a un Acuerdo de Asociación bloque a bloque. En ese momento, las autoridades nacionales estimaron que estas derivan en un texto puramente comercial.
Esa tesis se ha mantenido hasta ahora, pero luego de que 10 países de la región se han adelantado en sus pactos con la UE, casa adentro el Régimen reconoce que de no llegarse a un acuerdo habrá impactos en el país. Eso sí, lo han dicho otras autoridades, porque Patiño no se ha pronunciado sobre la preocupación.
Y no es la primera vez que el Canciller ha dicho algo que ha repercutido en los ambientes diplomáticos del mundo y después ha tenido que hacer mutis.
El pasado 20 de febrero, cuando el Ecuador fue incluido en la lista del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), descartó públicamente que dicha institución tenga autoridad moral o derecho para colocar al país en una supuesta lista de riesgo. Y anunció la posibilidad de retirarse de esa organización.
Tres meses después, y ante los efectos que se han empezado a sentir en las transacciones financieras de los agentes económicos del país, delicadamente el país ha debido reconocer que es importante salir de esta lista. Por eso, ahora el Procurador -no Patiño, quien no se ha pronunciado al respecto tampoco- prepara el plan de acción del país para el combate a la actividades ilícitas.
Este programa será presentado el próximo junio, en la reunión que los miembros del GAFI mantendrán en Ámsterdam.
La polémica siempre ha girado en torno a la figura de Patiño. Uno de los puntos más criticados fue su participación en supuestas irregularidades en la negociación de los Bonos Global 2030.
En una denuncia de Quinto Pazmiño, quien falleció hace pocas semanas, se presentó un video comprometedor de funcionarios del Gobierno. El denunciante había colaborado como asesor en el Ministerio de Economía e involucró a Patiño, a Hugo Éguez, ex asesor de ese Ministerio, y al ex ministro de Economía, Armado Rodas, en la presunta tenencia de bonos.
El juicio se tornó un escándalo que luego fue denominado por la oposición como el de los ‘patiñovideos’. La opinión pública esperó más videos que Pazmiño había ofrecido, pero no sucedió.
Luego, él presentó una demanda contra el presidente Rafael Correa y contra Patiño por injurias, pues ambos lo calificaron de “canalla, desequilibrado mental y ladrón”. No obstante, esa querella no prosperó. Posteriormente, Correa lo acusó de amenazar a la autoridad y Pazmiño fue encarcelado. Luego salió en libertad.
Mano derecha del presidente Rafael Correa, Patiño sigue el mismo patrón efusivo del Mandatario, sin detenerse a considerar las consecuencias, que en algunos casos, pueden trascender las fronteras. De ahí, que los principales medios del mundo hayan recogido las declaraciones realizadas en Madrid y la hayan desplegado con fuerza.
Patiño, quien participó de la reunión de cancilleres, preparatoria de la cumbre de los gobernantes, declaró que “ningún país alcanzó buen desarrollo sin proteger su industria y sus bienes”. Dijo que este rechazo a tratados comerciales no significa que Ecuador se niegue a los intercambios y puso de ejemplo las inversiones extranjeras en el país.
Pero en cuestión de los mercados internacionales no solo hay que ser sino parecer. De hecho, en la actual crisis financiera europea, no hay declaraciones que logren generar estabilidad en los mercados. Peor aún si causan temor, como sucedió el pasado miércoles con unas declaraciones de la canciller alemana Ángela Merkel, que llevó a un descalabro de las bolsas mundiales.
Porque, como explica el catedrático Christian Silva, los inversionistas son muy sensibles y cualquier cosa que les cause miedo, será justificativo para proteger sus capitales.
Ahora que las autoridades europeas vendrán al país, el 9 y 10 de junio, tendrán en cuenta la posición ecuatoriana, por lo que se prevé que las negociaciones empiecen con posiciones opuestas.
Por lo pronto, ha enfocado sus esfuerzos en la Unasur y en la creación del bloque Alba.
¿Quién es?
Es el actual Canciller del Ecuador. Desde el 15 de
enero del 2007 ha ocupado ministerios estratégicos en el Régimen, como la Cartera de Economía y la de Coordinación de la Política.
¿Qué hizo?
Asistió a inicios de esta semana, en Madrid, a la Cumbre entre la Unión Europea y Latinoamérica, que se realiza cada dos años. Efectuó polémicas declaraciones en la reunión con todos los cancilleres.
¿Qué dijo?
“Ecuador tiene la voluntad política de retomar las negociaciones para un acuerdo con la UE, pero jamás firmará un Tratado de Libre Comercio como el que Bruselas se apresta a suscribir con Colombia y Perú”.