El iPhone 5 de Apple, anunciado como el mayor lanzamiento de un producto tecnológico de la temporada, también podría aportar un empujón al crecimiento económico de Estados Unidos antes de las elecciones presidenciales.
Los dispositivos llegarán recién el 21 de septiembre a los comercios de nueve países, entre ellos EE.UU., pero las solicitudes abiertas el viernes parecen confirmar una enorme demanda.
El gigante Apple extendió rápidamente sus plazos de entrega de una a dos e incluso a tres semanas, según el país, dejando entrever así que sus existencias ya se habían agotado.
Los expertos de JPMorgan Chase estimaron esta semana que podrían venderse 8 millones de iPhone en el cuarto trimestre en Estados Unidos, y calculan que eso podría aportar entre 0,25 y 0,5 de punto porcentual de crecimiento suplementario anual al Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Contrariamente a la creencia popular, Estados Unidos se beneficia de la mayor parte de los ingresos provenientes del iPhone y “casi ningún beneficio va para China”, donde Apple produce sus aparatos, destaca Jason Dedrick, profesor de la Universidad de Siracusa. En un estudio del año pasado, con otros dos investigadores, Dedrick estimaba que el 58% del precio del iPhone quedaba en Apple, los materiales representaban el 22% y el costo salarial en China el 1,8%.