[[OBJECT]]La preocupación de usuarios que consumen por encima de los 500 kilovatios hora mes (kWh) ya comenzó antes de que entren en vigencia los aumentos en las tarifas.
Recalde Rodríguez, de 56 años, estaba contrariado al salir de la Empresa Eléctrica de Guayaquil. A pesar de que ha tomado medidas para reducir el incremento del consumo de energía, no lo logra. Vive en Sauces IX, en el norte de la ciudad, y aunque se considera clase media sobrepasa los 500 kilovatios hora mes (kWh).
El pasado viernes pagó USD 65,33 del consumo de luz de mayo, que incluye el costo de la energía (USD 0,093 el kWh) y las tasas de alumbrado público, basura y otros. En su casa, en abril pasado consumieron 501 kW y en mayo ascendió a 558 kW. Ahí viven siete personas.
Su primera medida fue guardar el microondas. “Lo puse en el cartón y debajo de la cama. Quien quiera calentar la comida lo tiene que hacer en el sartén”. Los artefactos que consumen más, según Recalde, son focos, equipo de sonido, TV, ventiladores y refrigeradoras. Ahora alista nuevas reglas para su familia. Desde agosto, si no reduce su consumo, pagará USD 0,1185 por kWh que sumando las tasas e impuestos tendrá una factura de USD 82,65. Antes siempre había destinado hasta USD 70 para el pago.
Esa historia se repite en los consumidores que superan los 500 kWh. Según las estadísticas del Conelec, los nuevos pliegos tarifarios afectarán a 78 444 usuarios de los cuales 28 967 están en Guayaquil. Pero Eduardo Castro, ex administrador de la Empresa Eléctrica de la ciudad, dice que los afectados superarán los 40 000 clientes, que son el 15%. “La mayoría de esa lista es de clase media y es por cuestiones climáticas que tienen que usar ventiladores, aire acondicionado y refrigerador y otros artefactos básicos”.
Con la nueva tarifa diferenciada para los consumidores de más de 500 kWh que aplicó el Conelec se espera recaudar USD 56,57 millones. La recaudación mayor se ubica en los abonados de 500 kWh y 1 000 kWh.
José Pileggi, experto eléctrico, dijo que no se trata de eliminar los subsidios sino de incrementar las tarifas de consumo a una parte de la clase media. “Los USD 0,093 por kWh que se paga ya es una tarifa sin subsidio pero ahora se la incrementa entre un 66% y 621%”. Pero tenían que haber aumentado el rango a 800 ó 1 000 kWh para no afectar a familias de la clase media, explicó.
Daisy Maridueña, ama de casa de 42 años, también se muestra intranquila al mirar su planilla de electricidad. Vive con su esposo y dos hijos en Urbanor, en el norte. En mayo su consumo aumentó a 510 kW, y en abril fue de 482kW.
Ella señala que en su hogar tiene lo necesario: una nevera, un televisor, un ventilador, una lavadora y un microondas. Maridueña sostiene que los más afectados son también la clase media y no la ‘pelucona’. “Se tratará de ahorrar luz con mantener menos focos encendidos, pero no puede desconectar la refrigeradora”.