‘Realiza tus compras a tres y seis meses sin intereses y recibe un cupón para el sorteo de un LCD de 32 pulgadas”. Letreros como este siguen siendo efectivos entre los consumidores ecuatorianos, tras un año marcado por una oferta y demanda de crédito más bien conservadora.
Gabriela Oleas, una joven profesional, señala que ni siquiera tuvo que acercarse a las oficinas de su banco a pedir un crédito. En enero pasado la llamaron del Banco de Guayaquil para decirle que fue seleccionada para recibir una tarjeta Visa. “Me dieron con un cupo inicial de USD 450, que es suficiente para mí”.
Y le ofrecieron un servicio adicional: atención médica en caso de emergencias en cualquier hospital por USD 200. Por esto paga mensualmente USD 15.
Para Maribel Jácome, estudiante universitaria, acceder a un crédito resulta cada vez más sencillo. “En mi caso utilizo la tarjeta para comprar algún electrodoméstico o pagar los estudios”. Según dice, tener una cuenta de ahorros en el Banco Pichincha fue suficiente para acceder al crédito.
Esta creciente oferta de crédito hizo que la cartera bruta de consumo del sistema financiero creciera USD 133,6 millones en el primer trimestre del año. Y en el segundo trimestre haya alcanzado los USD 330,7 millones adicionales, según los reportes de la Superintendencia de Bancos.
Asimismo, el número de tarjetas de crédito, a junio pasado, también creció un 7% si se compara con las registradas en junio del año anterior. En este mismo período, el endeudamiento total que mantienen los tarjetahabientes creció el 18,2%. Y el índice de morosidad está en 4,4%.
César Robalino, director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados, señala que en este momento hay una alta liquidez en el mercado. El segmento que más crece es el de consumo y, principalmente, se da por un incremento en las importaciones.
Los autos livianos, cuyos precios no llegan a USD 20 000, son los que más demanda tienen. Solo en este primer semestre se han vendido 55 000 unidades, según cifras que maneja el sector.
La tendencia a que el 70% de los vehículos, en promedio, se venda a crédito bancario se mantiene; pero a diferencia de años anteriores, estos préstamos han pasado de tres a cinco años plazo.
Un reciente estudio del Banco Central, sobre la oferta y demanda del crédito, confirmó que en el segundo trimestre las entidades financieras han sido menos restrictivas en el plazo, tasa de interés activa y monto de los préstamos de consumo (ver cuadro).
Sobre la tasa de interés de consumo, si bien existe un techo del 16,30%, hay instituciones, en su mayoría cooperativas, que cobran tasas, entre 11,9% y 15,8%.
Estos costos más competitivos también vienen acompañados de otros beneficios y facilidades. El Banco Bolivariano, por ejemplo, realizó alianzas con empresas para que sus empleados accedan a crédito por hasta cuatro veces el sueldo mensual neto, a 24 meses. El monto máximo es de USD 12 000 y se debita a través del rol.
El Internacional, en cambio, ofrece un crédito de consumo con el de vivienda, llamado Intercasa. Luego de 18 meses del pago del hipotecario, el cliente puede obtener un crédito por el valor del capital amortizado a esa fecha.
Como conclusión del Central, las instituciones están dispuestas a prestar un mayor monto de crédito de vivienda y un 30% de entidades especializadas en microcrédito están dispuestas a prestar con un menor interés.