En el artículo publicado el 22 de enero, bajo el título “La rentabilidad de la banca cayó en 7 años”, se afirma que el Banco Central y la Junta Bancaria han emitido alrededor de 50 nuevas reglas de juego que han afectado, de una u otra forma, al patrimonio del sistema financiero. Eso deja la idea que habría sido preferible no regular. Al respecto se debe recordar que la implementación de esa creencia durante los noventa acabó generando créditos vinculados, corrupción y otros resultados que desencadenaron una de las peores crisis financieras de la historia ecuatoriana y, por último, la pérdida de nuestra moneda. Tampoco se menciona en el artículo que durante el actual Gobierno el patrimonio del sistema financiero ha tenido un crecimiento promedio anual de 16,2%, al pasar de USD 2 165 millones, en el 2006, a USD 6 137 millones, en el 2013. Ese crecimiento significó una muy leve reducción del indicador de patrimonio técnico sobre activos ponderados por riesgo, que pasó de 11,9%, en el 2006, a 11,8%, en el 2013 (…).
Es evidente que las regulaciones monetarias y financieras emitidas en el actual Gobierno no han tenido, ni tendrán, como principal objetivo aumentar las utilidades del sistema financiero, sino que buscarán en todo momento apoyar el rol principal que el sistema financiero debe cumplir según nuestra Constitución (…).
(…) No existe una prohibición para incrementar el patrimonio de las instituciones financieras. Al contrario, la regulación monetaria y financiera ha propiciado la capitalización de las instituciones financieras por sobre la repartición de utilidades y la consolidación de una sociedad en la cual el ser humano esté por sobre los intereses del capital.
Nota de la Redacción La nota publicada tuvo el enfoque específico de observar la evolución de la rentabilidad de la banca ecuatoriana, no de otros indicadores. La cita sobre las 50 nuevas reglas de juego es textual de la Asociación de Bancos Privados, tal como consta en la nota. La posición completa del Banco Central puede verse en nuestra página web.