Desde hace un año, en los proyectos Fontana I y II, en Esmeraldas, 19 familias fueron a vivir en las viviendas, pese a que su construcción no estaba terminada. El temor a que las casas fueran invadidas les llevó a habitarlas, comenta Celia Castro. “Solo tenían la estructura de hormigón, sin ningún acabado, pero necesitamos un lugar para vivir”. Estas familias pagaron el 30% de entrada a la Mutualista y les tocó invertir en los acabados. Castro cuenta que gastó cerca de USD 10 000 en la colocación de cerámica para el piso, baños, cocina, pintura, puertas y ventanas. Está previsto que estos dos proyectos pasen a manos del IESS, pero aún persiste la preocupación en las familias porque no han sido informadas de nada. “Queremos que de una vez se solucione nuestra situación para terminar de pagar, pero que consideren los gastos que hemos hecho para poder habitar aquí”, dijo Fátima Rivadeneira, quien también vive en el conjunto.Por el momento, estas familias tienen como respaldo papeletas, certificados de pago y el convenio de reserva de las viviendas. Adicionalmente, este proyecto habitacional necesita ser terminado, pues carece de agua potable, calles en buen estado y adecuaciones que fueron parte de las promesas de la Mutualista, como la construcción de un parque, una piscina y áreas verdes.