Los problemas por deudas eran ajenos a Julia B. Su historial crediticio era impecable. Sin embargo, su hoja de presentación cambió durante la temporada del Día de la Madre del año pasado.
En aquella época, Julia compró un combo de una refrigeradora y lavadora y debía pagar USD 80 mensuales durante un año, lo cual no le representaba dificultad en ese momento.
Pero al cabo de dos meses perdió su empleo. “Al quedarme sin trabajo, con cuotas de la escuela que pagar, gastos de fin de año de mis hijas y sin ahorros, me fue imposible pagar la deuda”.
Para Víctor Hugo Almeida, encargado de almacenes Familiares, este tipo de casos refleja una conducta que se repite en la población: la falta de planificación sobre la contratación de créditos y el no considerar posibles problemas en el futuro. “Por eso, cuando se pierde el trabajo o sucede una calamidad doméstica no se puede salir de las deudas”.
Esto, sumado a una escasa cultura del ahorro, puede llevar a que una persona se vea envuelta en endeudamientos excesivos, destaca Fernando Bastidas, gerente de Keyfactor, empresa especializada en cobranzas.
Él coincide en que la falta de un presupuesto es uno de los principales factores que llevan a un consumidor a convertirse en un deudor moroso. Con esta herramienta el cliente puede conocer cuáles son sus ingresos y hasta dónde se puede endeudar.
María Fernanda León, directora de la Asociación de Empresas de Venta Directa, explica además que las personas asumen deudas pequeñas y creen son fáciles de saldar, pero que al acumularse se vuelven impagables. “La gente se endeuda por un deseo o por tener lo que tiene el amigo, y no por una verdadera necesidad”.
Alberto Campoverde, administrador de Concresa, añade que en ocasiones los consumidores no consideran que las deudas sean compromisos que se deben asumir con mucha responsabilidad.
Este tipo de ‘irreverencia’ ante el crédito afecta más a los consumidores que a las propias empresas, cuenta Francisco Miño, vicepresidente de Tarjetas de Crédito de Banco Pichincha.
Miño explica que el membrete de un cliente como ‘incumplido’ en la Central de Riesgos, automáticamente anula su acceso a nuevos créditos o tarjetas, los cuales le pueden servir en el futuro.
Pero el incumplimiento afecta también a las empresas, que se ven en la necesidad de acudir a recursos legales para obtener el pago de la deuda, explica Javier Soque, encargado del almacén de electrodomésticos Marcimex.
“Aparecer en la Central de Riesgos, las llamadas diarias y el posible juicio me marcaron”, finaliza Julia B., quien tuvo que devolver sus electrodomésticos cuando no pudo pagarlos. Desde ese momento decidió ahorrar la mitad del producto que desea y financiar con crédito el resto.
Además, deja por lo menos USD 10 en la cuenta del banco cada mes para tener dinero en el caso de presentarse alguna emergencia o problema imprevisto.