Los negocios chinos se incrementan entre el centro y el centro - norte

El local Ciudad de la Moda, de propiedad de un comerciante asiático, funciona hace 21 meses; ofertan prendas de vestir. Foto: EL COMERCIO

El local Ciudad de la Moda, de propiedad de un comerciante asiático, funciona hace 21 meses; ofertan prendas de vestir. Foto: EL COMERCIO

El local Ciudad de la Moda, de propiedad de un comerciante asiático, funciona hace 21 meses; ofertan prendas de vestir. Foto: EL COMERCIO

El colorido y la decoración de los locales de ciudadanos asiáticos, principalmente chinos, marcan una diferencia entre el resto de negocios ubicados en el Distrito Metropolitano. Sus farolas rojas, ideogramas, velas, inciensos y gatos para la suerte dan la bienvenida a los clientes que acuden a diario.

La apertura de negocios de todo tipo es una constante en el país y Quito no es la excepción. Incluso, los acuerdos diplomáticos y comerciales entre Ecuador y China han facilitado esta situación. Esa realidad se nota, con fuerza, en el Centro Histórico y a lo largo de la av. 10 de Agosto, entre el tramo de la av. Colón y calle Arenas. Otros sitios de expansión son las avs. 6 de Diciembre y la Mariscal Sucre en el tramo de la Rodrigo de Chávez a la Morán Valverde.

Según las estadísticas del Municipio de Quito, en el 2013 en el Centro Histórico se registraron 62 locales y, en el 2014 subió a 99; es decir, hubo un incremento de 37 locales (60%).

Pero la mayoría de esos negocios, 53, funciona en la calle Imbabura (38 comercios) y en la Chile (15). Ofertan prendas de vestir, artículos de bazar, productos textiles, calzado, bisutería, artículos de bazar y restaurantes.

Al caminar por estas dos calles del Centro es fácil toparse con estas personas que tienen rasgos asiáticos: unas cargando pesados bultos de mercadería, otros caminando ligeros entre la multitud de usuarios y unos terceros, atendiendo.

Sus negocios, registrados a través de la Licencia Metropolitana Única para el Ejercicio de las Actividades Económicas (LUAE), no solo están sobre las vías del Centro, también se encuentran en el interior de los centros comerciales La Merced y Hermano Miguel.

Los comerciantes asiáticos que tienen sus locales en los pasillos del centro comercial La Merced se muestran esquivos, prefieren no hablar de sus negocios, del tiempo que están en la actividad. Lo que es evidente es que están acoplados a la ciudad y al entorno.

Vendedores ecuatorianos que ocupan este espacio también han tenido que “acostumbrarse”. En un principio, cuenta Sandra P., ellos daban mercadería más barata, pero eso se ha ido equilibrando por los montos que deben pagar por las importaciones. Además hay casos de ciudadanos chinos que, por ejemplo, traen las telas y elaboran aquí las prendas.

Destaca la solidaridad y el apoyo que hay entre ellos: se prestan mercadería, se ayudan; lo que no pasa con los ecuatorianos.

Destaca que las relaciones cotidianas son armoniosas, saludan y conversan.

El norte, sitio de expansión

El llamado Centro Norte también es una zona atractiva para los negocios de ciudadanos asiáticos. Hacia la avenida 10 de Agosto, desde la Colón hasta la calle Arenas, se registraron 20 locales en el 2013, y en el 2014 subió a 38; hubo un aumento de 18 negocios (el 90%).

Uno de los más grandes locales chinos de la 10 de Agosto y Santiago es el Decortelas. Funciona hace 19 meses y las ventas van “viento en popa”, admite, Carmen Bonilla, administradora del local.

La joven dice que tienen precios “bien económicos” y una variedad mayor a la que ofrecen los locales nacionales. Esas dos cualidades hacen, según ella, que los clientes los prefieran. Además, porque siempre tienen opciones: si el cliente lleva tres productos, le venden como si fuera al por mayor.

¿Y la calidad? Bonilla no lo pone en duda, “(la mercadería que ofrecen) es buena, sobre todo en lo que respecta a alfombras, cobijas...”.

Rosa Mendoza, usuaria de Decortelas, admite la buena calidad de los productos de los negocios asiáticos. Menciona que su preferencia siempre está con los locales chinos porque “la calidad sí es buena, habrá cositas que de verdad sí se dañan, pero la mayoría de productos duran lo necesario”.

Otro punto a favor de estos locales es que hay mucha variedad y hay continuamente ofertas de todos los productos. Ese gancho encanta a los clientes, admite Mendoza.

Yolanda Espinoza de Jijón, de Distribuidora Espinoza, ante la “competencia” que se genera admite, que tiene clientela fiel, la de toda la vida que se mantienen con “iniciativas extras” como destinar una parte del local al cobro de servicios básicos como luz, agua, teléfono.

Francisco Rocha, analista económico, cree que “todos los comerciantes de cualquier nacionalidad tienen la posibilidad de vender su mercancía, pero con condiciones de calidad y de control y que no afecten a la producción nacional”.

Porque, dice Rocha, “si terminamos ofreciendo productos baratos y afectando a lo nacional, terminaremos perdiendo plazas de trabajo”.

En cambio, Juan Carlos Holguín, secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad, agrega que el Centro Histórico de la ciudad es un espacio donde se debe impulsar el desarrollo del comercio, siempre que vaya acorde con el entorno arquitectónico e histórico de la ciudad. Incluso la dinámica comercial puede aportar en la seguridad de la calle o el barrio.

En contexto

La relación comercial entre China y Ecuador se ha fortalecido aceleradamente en los últimos años. Hace algunas semanas, se informó que el Ecuador permitirá la entrada de turistas chinos sin necesidad de que estos soliciten y adquieran un visado en el país asiático.

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