Marco Arauz Ortega. Subdirector
Hace apenas tres semanas, antes de las acciones contra Teleamazonas y La Voz de Arutam, el Secretario de Comunicación retaba a los medios que no dependen del Gobierno a mirar las encuestas que reflejaban la opinión ciudadana sobre la necesidad de una Ley de Comunicación. Si el reto se lanzara hoy, la respuesta sería que menos de la mitad de la población ecuatoriana acepta una ley controladora y que menos de la tercera parte estuvo de acuerdo con el cierre temporal del canal.
Asimismo, las cifras de fin de año muestran que los ataques a los medios fueron identificados como parte de las peores acciones del Gobierno en el 2009, y que pesaron en la caída de la imagen presidencial. Ésta, al igual que la gestión y la credibilidad, muestran una sostenida tendencia a la baja, pese a la persistencia en las cadenas, los enlaces y la propaganda.
Si de ver cifras se tratara, el Gobierno también debiera fijarse en que, pese al optimismo que genera el cambio de año, la mayoría piensa que problemas como la crisis económica, el desempleo y la delincuencia seguirán igual o empeorarán el 2010. Y que cada vez se identifica más al Gobierno como el responsable de los problemas económicos, y sobre todo de la mala administración de la crisis eléctrica.
Más cifras: ahora, solo alrededor de la tercera parte de la población, según dos encuestadoras, se identifica con el concepto de revolución ciudadana, lo cual coincide con la cifra sobre la votación dura del Presidente que manejan los sondeos contratados por el Gobierno.
Las cifras han ido cambiando de la mano de la realidad. Esta suele ser necia, un lujo que en cambio no pueden darse los gobernantes.