Madre de Nathaly Salazar, ecuatoriana desaparecida en Perú, dice que pudo ser víctima de trata de personas

Por su desaparición  de Nathaly Salazar fueron detenidos el dueño y un trabajador de un servicio de transporte rústico elevado similar a un teleférico, que ofrecía a los turistas una visión panorámica del Valle Sagrado de los Incas. Foto: Cortesía

Por su desaparición de Nathaly Salazar fueron detenidos el dueño y un trabajador de un servicio de transporte rústico elevado similar a un teleférico, que ofrecía a los turistas una visión panorámica del Valle Sagrado de los Incas. Foto: Cortesía

En la foto, Alexandra Ayala León, madre de la ecuatoriana Nathaly Salazar, desaparecida en Perú el 2 de enero del 2018: Foto: Archivo / EFE

Han transcurrido dos meses desde la desaparición de la ecuatoriana Nathaly Salazar, de 28 años, en Maras, sur del Perú. La joven viajó hasta ese lugar, a inicios de este año, para conocer los proyectos turísticos que se desarrollan allí y luego montar un hotel en la parroquia de Pifo (oriente de Quito).

Su objetivo era atraer a turistas europeos y ayudar a su familia. Lo apunta la madre de la joven, Alexandra Ayala León, quien se comunicó con este Diario por vía telefónica desde Valencia, una ciudad ubicada en el este de España y a la que la familia de la joven migró en 1999 luego del feriado bancario.

Por este caso, dos hombres fueron detenidos y les dieron prisión preventiva. Ellos son el dueño y un trabajador de un servicio de transporte rústico elevado, similar a un teleférico (o tarabita), que ofrecía a los turistas una visión panorámica de ese valle.

En sus declaraciones, ellos manifestaron que Salazar falleció practicando esa actividad y que arrojaron el cadáver en el río Vilcanota-Urubamba. La Fiscalía peruana aseguró que los sospechosos se contradijeron al recordar las circunstancias en torno al traslado del cuerpo y cómo lo colocaron en el río.

Los familiares de Nathaly han acudido a instituciones nacionales e internacionales para pedir ayuda. Ayala pide a los ecuatorianos que no se olviden del caso de su hija. No tiene suficientes recursos económicos para seguir de cerca los trámites del caso. La última hipótesis que manejan los investigadores es que, posiblemente, la joven fue víctima de trata de personas con fines de explotación sexual.

Por su desaparición de Nathaly Salazar fueron detenidos el dueño y un trabajador de un servicio de transporte rústico elevado similar a un teleférico, que ofrecía a los turistas una visión panorámica del Valle Sagrado de los Incas. Foto: Cortesía

A continuación el testimonio de Alexandra Ayala:

“Desde el 2 de enero que desapareció, varias diligencias se han realizado. Incluso se vació una laguna artificial, construida para riego de los sembríos de los comuneros. Se trabajó una semana con la ayuda de los Bomberos de Urubamba, pero no hubo resultados”.

“Yo estaba en Perú siguiendo las investigaciones, pero por problemas de salud me tocó regresar a España. Tengo diabetes y se me terminaron las medicinas. Además, artrosis en las rodillas y, de tanto caminar en las búsquedas, estas se inflamaron. Ahora estoy en tratamiento y reposo absoluto, no puedo movilizarme. Necesito recuperarme para regresar”.

“Al caso lo seguimos apenas ella desapareció. Así comprobamos que, en el día que supuestamente falleció; es decir, a la misma hora que los detenidos dijeron que estaba muerta, Nathaly se comunicó con una amiga. Tenemos los chats de whatsapp y los enviamos a la Policía española para que los analicen”.

“Pero eso no es todo. En Perú, recorrimos el río en el que supuestamente la arrojaron. La gente de esa zona coincide que en este se forma una especie de playa. Hasta ese lugar llegan los cadáveres de quienes murieron y luego fueron arrojados. Incluso nos dijeron que el año pasado se encontraron tres cuerpos. A ese lugar solo se puede acceder por tren o a pie. Es el kilómetro 83 en donde se forma una playa grande”.

“No creemos que la mataron y luego escondieron su cadáver. Ahora se maneja la hipótesis de que fue víctima de trata de personas (confines de explotación sexual), en el departamento de Madre de Dios, en la selva peruana, donde hay minas y se comete ese delito. Allí hay una prostitución bárbara. Ha sido el sitio más peligroso de ese país. Se encuentra a ocho horas del Cuzco. Manejamos esa hipótesis debido a rumores que fue vendida allí”.

"Si tuviera recursos económicos pagaría a un investigador para que la localice y no pediría ayuda a las autoridades ecuatorianas. Gracias a Dios, el Gobierno español no nos ha abandonado. El cónsul y vicecónsul se apersonaron para seguir buscándola, no han dejado de hacerlo. La gente de Cruz Roja de Perú también sale todos los domingos con voluntarios a recorrer la zona".

“También hemos acudido a entidades de Derechos Humanos y a la Organización de Estados Americanos (OEA), los cuales nos han ayudado mucho. Estos organismos le pidieron al gobierno peruano que, en un plazo de 72 horas, les entregue el informe completo del caso de mi hija. No sabemos si es que ya les respondieron. El Gobierno de esa nación debe responder en esta situación porque desapareció allí. No descansaré hasta conocer lo que pasó”.

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