El cargamento estaba listo para zarpar. Los narcos pretendían enviar 11,85 toneladas de cocaína a Europa. Camuflaron el alcaloide en sacos de sal y los metieron en un contenedor del puerto de Guayaquil. Sucedió hace 21 días y fue uno de los últimos cargamentos ilegales que se confiscaron en el país.
Los agentes que investigaron ese caso dijeron que la droga iba a Bélgica, pero primero llegaría a España. Los envíos a este último país se volvieron frecuentes este año. De hecho, en su informe del 2016, la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) advierten que las mafias del narcotráfico montaron una ruta directa entre Ecuador y España.
Este dato es nuevo, pues en su informe del 2015, esa organización internacional no identificó esa ruta. En ese entonces, el Ecuador solo tenía un enlace directo con Centroamérica.
¿Por qué los narcos han creado más pasos ilegales, pese a los controles de la Policía?
Esta pregunta la formuló este Diario al ministro del Interior (e), Diego Fuentes. El funcionario respondió esto: “Pensar que las bandas dejarán sus actividades por los controles sería un error, pues Ecuador es un punto estratégico para las mafias. Esto debido a la cercanía que tienen con Colombia y Perú, los dos mayores productores de cocaína del mundo”.
En los últimos 10 años, el número de incautaciones se elevó de 26,3 toneladas en 2007a 105 al 15 de diciembre del 2016.
Por eso, la Policía dice que se trata de un decomiso histórico.
Fuentes asegura que este incremento no significa que los narcos han aumentado sus tareas y han metido más alcaloides al país, sino que atribuye a las operaciones policiales.
Los investigadores identificaron tres estrategias frecuentes que usaron los narcos durante este año. La primera es la contaminación de contenedores en puertos y aeropuertos.
La segunda es el reclutamiento de policías y funcionarios de los puertos y una última el uso de submarinos para evadir los controles policiales.
Hasta el 2015, las bandas básicamente usaban lanchas rápidas para cruzar el océano. Incluso se conoce que adiestraban a los integrantes de las bandas para que aprendan a manejar coordenadas, conducir las lanchas y cruzar el mar.
Sin embargo, la falta de experiencia hacía que se pierdan o que se queden sin combustible en puntos desconocidos. Eso retrasaba los fletes y creaba problemas a las estructuras criminales.
De allí que los narcos vieron en los puertos, una forma segura para evitar inconvenientes, y empezaron a crear empresas fantasmas para importar productos que se mezclaban con la droga. El cargamento de la sal fue uno de estos.
A inicios de septiembre, en un contenedor de yuca se halló casi media tonelada de cocaína. La droga iba a España.
En ese operativo, los agentes descubrieron que las bandas también introducían droga en yucas sintéticas. En esos días, la Policía detuvo a 12 ecuatorianos y a un extranjero que se encargaban de poner el narcótico en los contenedores antes de que estos ingresaran al puerto marítimo de Guayaquil.
Además, en el aeropuerto de esa misma ciudad se han hallado grandes cargamentos.
En febrero, por ejemplo, agentes con canes confiscaron media tonelada de cocaína que estaba en la zona de carga. La carga estaba mezclada con café y a nombre de una empresa ficticia de Loja.
En todos los decomisos, las investigaciones señalan que policías y funcionarios fueron reclutados por las redes. Les ofrecen sumas desde USD 5 000 hasta USD 10 000 para que informen sobre los operativos planificados o para evitar controles en el ingreso.
En marzo se detuvo a un empleado del Puerto de Guayaquil. Él recibía los cargamentos y los camuflaba en los contenedores. Luego decía que los había revisado y no advertía ninguna novedad. Hace dos semanas también se conoció el caso de tres policías que cooperaban con las mafias.
De hecho, uno de los delitos por los que se ha desvinculado a 908 policías a escala nacional es la cooperación y participación con redes delictivas.
En lo que va del año, en el país se han desarticulado 13 organizaciones de narcotráfico y 75 de microtráfico. En los reportes policiales también aparecen cinco organizaciones que son investigadas por la unidad de lavado de activos de la Fiscalía. En estas hay empresas involucradas en los envíos.
En tanto, el paso de embarcaciones como submarinos o sumergibles también ha tomado fuerza entre el 2015 y el 2016.
Este año, en mayo, cerca de las islas Galápagos, la Armada confiscó 37 sacos de yute, cada uno con 50 paquetes de droga.
Todos con destino a México. Por eso, el Departamento de Estado de los Estados Unidos advirtió en su informe, sobre la estrategia del control internacional de narcóticos, que carteles como el de Sinaloa, Del Golfo y Los Zetas extendieron sus rutas delictivas por Ecuador.
Investigadores también revelan que pasan por las islas Galápagos, pues es un punto de abastecimiento de comida y combustible. En febrero, la Policía descubrió una embarcación a 200 millas de las islas.
Los desconocidos tenían en su poder 700 kilos de droga y tenían como destino llegar a México y luego a EE.UU.
En contexto
El país es un punto neurálgico para el envío de cocaína y otras drogas hacia EE.UU. y Europa. Los narcotraficantes reclutaron a pescadores artesanales, agentes y a funcionarios, según la Policía. El Gobierno sostiene que hay un control más eficaz.