El momento y el escenario son propicios. El Ecuador se apresta a celebrar el 10 de Agosto de 2009, 200 años de la Independencia Nacional con varios actos conmemorativos.
La década de los bicentenarios y las metas educativas 2021
“A partir de 2009 y hasta 2021, la gran mayoría de los países iberoamericanos recuerda y conmemora los doscientos años de su independencia”, dice Álvaro Marchesi, “Las metas educativas 2021”. Documento básico. Fundación Santillana.
”En aquellos años -subraya- no se produjo solamente un levantamiento militar contra el ejército peninsular, sino que se manifestó de forma clara el deseo de libertad y de identidad nacional de amplios sectores de la sociedad hispanoamericana, en un largo y trabajoso proceso que se extendería a lo largo de toda la década”, según Marchesi.
“La conmemoración de los bicentenarios de las independencias no pueden quedar reducidas, por importante que ello sea, a una revisión histórica de los acontecimientos pasados, sino que debe trazarse como un compromiso colectivo para enfrentarse a los retos y desafíos actuales de los pueblos iberoamericanos, y como una respuesta al futuro”, comenta Marchesi.
“En la antesala de las primeras conmemoraciones y en un mundo globalizado en el que la región iberoamericana debe ganar protagonismo, es necesario bosquejarse un proyecto capaz de generar un apoyo colectivo y contribuir al desarrollo económico y social de la región. Sin duda, la educación es la destinataria de este proyecto”.
En este contexto, EducAcción acoge esta iniciativa y ofrece publicar notas y proyectos de reformas educativas iberoamericanas, con un objetivo claro: orientar a los docentes y autoridades para construir juntos un proyecto nacional de educación que hoy no existe.
En la Sierra y la Amazonia coincide con el verano y las vacaciones escolares; en la Costa con época de clases. ¿Es posible plantear un cambio de mentalidad, o es que no será una celebración más de las muchas que guarda el calendario cívico? ¿Qué concepto de nación tenemos como comunidad imaginada?
Sentimiento común
En la anterior nota nos preguntamos sobre la existencia de los imaginarios. Y concordamos con Durkheim, destacado investigador social, que el imaginario es la conciencia colectiva o supraindividual, que explica las representaciones o simbolizaciones del ser y el modo de ser de una sociedad en un momento dado. Es también el sentimiento común, que se manifiesta a través de interacciones humanas y sociales, en tres ámbitos: la cultura, la sociedad y la personalidad de los individuos, de acuerdo con el pensamiento de George Mead.
La cultura: acervo de saberes
Pero fueron Albert Schutz y Jürgen Habermas –dijimos- quienes, sobre estos fundamentos, desarrollaron en concepto de mundo de la vida articulado al mundo de los saberes, en sus intentos de criticar a la racionalidad moderna.
Definieron así a la cultura como el acervo de saberes donde los participantes en la comunicación se abastecen de interpretaciones para entenderse sobre algo en el mundo; sociedad, como el conjunto de ordenaciones legítimas, a través de las cuales los participantes en la interacción regulan sus pertenencias a grupos sociales; y personalidad, como el conjunto de competencias que convierten a un sujeto en agente capaz de lenguaje y de acción, es decir, de un agente habilitado para tomar parte en procesos de entendimiento y para afirmar en ellos su propia identidad.
Hazaña de resonancias
Existen algunas publicaciones que describen el Ecuador de aquella época: 1809. Visto en contexto, la lectura del país colonial surge como una realidad sujeta a una estructura socio-cultural-religiosa-económica y política definida, con presencia de tendencias monárquicas y grupos de patriotas –marqueses, condes y en general nobles- que miraban la libertad como expresión de desencanto frente al poder vigente.
Quito dio su clarinada. Y su hazaña tuvo resonancias continentales. Uno de los hitos, precisamente, de la Nación-Estado, de carácter fundacional si se quiere, fue el 10 de Agosto de 1809, que no solo debe ser reconocido sino fortalecido por una política pública educativa-cultural, que irradie a todo el cuerpo social.