La madre de Valentina murió por covid-19 después de haberla traído al mundo. La bebé se encuentra internada en el Hospital de la Policía en Quito. Foto: Cortesía
Valentina está en permanente observación. Se encuentra internada en el Hospital de la Policía, en Quito. Los médicos y enfermeras monitorean sus signos vitales y controlan la temperatura de la termo cuna.
La pequeña sobrevivió a un parto por cesárea que se realizó a su madre que tenía covid-19. Un día después del nacimiento Erika Cando, de 31 años, murió.
Todo comenzó hace un mes. El director del hospital, Javier Buitrón, recibió una llamada del cabo primero, Alejandro Escobar, y le suplicó que permita el ingreso de su esposa a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque en el hospital del Tena (Napo) no presentaba mejorías y sus cuadros de insuficiencia respiratoria aumentaban.
Buitrón recuerda que el policía Escobar estaba desesperado, porque su esposa estaba en estado de gestación.
En un inicio, Buitrón le dijo que estaban las camas copadas. Pero ante la insistencia del cabo consiguió un espacio para trasladar a uno de los pacientes con mejor cuadro clínico hasta un piso.
Con la garantía de contar un lugar para la atención médica se dispuso el traslado de Erika Cando desde la ciudad amazónica hasta Quito. La movilizaron en ambulancia.
En la capital, los médicos observaron que la mujer no estaba saturando lo suficiente (la cantidad de oxígeno que ingresaba a sus pulmones no era la necesaria) y decidieron intervenirla por cesárea para el nacimiento de la menor en la semana 30 de gestación, para así evitar que la vida de la pequeña corriera peligro. El nacimiento se registró el pasado sábado 11 de julio y el lunes 3 de agosto del 2020 la bebé continuaba en una termocuna, en la casa de salud.
Alejandro Escobar, miembro activo de la Policía, viajó desde Tena junto con su esposa. Él estuvo pendiente del parto; la muerte de Erika le produjo un cuadro de ansiedad. Él ahora se encuentra en Napo, porque presentó síntomas de covid-19 y se dispuso su aislamiento.
Buitrón acude a la termocuna para tomar fotos y videos de la niña que envía a su padre por WhastApp.
También aprovecha para hablar con la menor y decirle que todo va a salir bien. Así, dice el Director del hospital, trata de que el papá esté tranquilo con las atenciones médicas que le brindan en la casa de salud. “Es un aliciente para calmar la pérdida de su esposa”.
Erika tenía síntomas graves de covid-19 durante la cesárea. Presentaba dolor, hinchazón y falta de oxígeno.
Por eso, cuando nació la bebé se extremaron esfuerzos para mantenerla con vida. La pequeña tres días en cuidados intensivos neonatales. Ahora se encuentra en observación. Se mantiene conectada a una cánula con oxígeno y es alimentada mediante una sonda.
Los médicos dicen que está fuera de peligro. A Valentina le practicaron una prueba PCR; el resultado fue negativo para coronavirus.
Está bien, dice el Buitrón. En el Hospital también le dicen ‘Esperanza’, porque “es un símbolo de que se pueden salvar vidas, sin importar lo frágiles que sean, durante la emergencia”.