Carlos velasteguí, Redacción Santo Domingo
Al caer la noche, Bladimir Santander llega en su motocicleta Suzuki al parque Zaracay, en el centro de Santo Domingo. Lleva puesto su casco y sus botas negras. En su espalda porta un acordeón y en su pecho, el sombrero de charro mexicano con una cuerda sujeta al cuello.
Vida de músico
Por un lapso de 25 ó 30 minutos, un dúo cuesta USD 50, un trío USD 60 y un mariachi USD 80.
Se dedican en exclusiva a la música. Algunos en las mañanas son profesores de guitarra o tocan en la banda local y están en el parque todos los días de 18:00 a 02:00.
En pocas ocasiones, agasajados disgustados les lanzan agua, licor o cualquier líquido.El traje de mariachi complementa su vestimenta y hace saber a todo aquel que pase por el parque Zaracay que está a la espera de que alguien los contrate a él y a sus seis compañeros para una serenata. Ellos son los integrantes del Mariachi El Rey.
Todos calzan botas de cuero, pantalón negro, chaleco, chamarra (chaqueta corta) con charreteras blancas y un lazo o pañoleta roja cruzada en el cuello, que tiene bordado el nombre del grupo y una guitarra. “Lo que sí nunca debe faltar es el sombrero de mariachi”, dicen todos a coro.
La noche es tibia y un viento fresco mueve las hojas de los árboles del parque santodomingueño. La hojarasca cae en los solitarios pasajes de este silencioso lugar.
Pese que está bien alumbrado ya nadie cruza por sus veredas y pasillos. Solo unos pocos bohemios piden una canción a los músicos de la noche. Pero en los rostros de los artistas no se nota impaciencia por lograr una contratación. “Hay noches que nadie nos contrata”, dice Santander, sin dar señal de desasosiego.
Cuatro de los músicos de este mariachi permanecen muy alegres sentados al filo de una ventana cerrada de un local comercial. Ellos son David Huilca, de 60 años; Silvio Cuji, de 35 años; David Pachacama (20), quienes tocan la trompeta; y Vinicio Llangari (30), el trombón.
Los cinco músicos pertenecen a la banda municipal de Santo Domingo. “Ofrecemos serenatas hasta la madrugada, pero siempre estamos puntuales a las 07:00 en nuestro trabajo (en el Cabildo)”, asegura Cuji.
El vocalista del mariachi el Rey es Antonio Cedeño, un manabita de 32 años, alto y delgado, oriundo de Tosagua. Él cuenta que cuando lo contratan y empieza a cantar, las mujeres enloquecen al escuchar un bolero ranchero en particular. La canción dice en su primera estrofa: Traigo una rosa para ti/ es la que hoy vengo a regalarte/ en ella va mi corazón/ que solo vive para amarte.
Su hermano Roger Cedeño (40) es parte del mismo grupo desde hace ocho años. Él toca la guitarra. Ambos descienden de una familia de músicos.
Se saben al menos unas 70 canciones, entre boleros, rancheras, pasillos, corridos mexicanos y otros ritmos. “Las más solicitadas son En vida que me quisieras, de Gerardo Morán, y Mujeres divinas, de Martín Urieta.
En las inmediaciones del mismo parque Zaracay está otro conjunto de artistas, es el Grupo Garibaldi. Uno de los integrantes es Ángel Murillo. Le acompañan Ismael Pacheco y Iron Jhonson.
Murillo recuerda que los artistas ofrecen sus servicios en el parque desde hace 25 años. El mariachi Los Rancheros Manabitas fue el primero en empezar con este género, que actualmente es muy cotizado.
Murillo también viste su traje de charro, aunque con menos rigurosidad que los integrantes del mariachi El Rey. “Estamos preparados para ofrecer serenatas de música romántica, animar eventos sociales con música mexicana o acompañar en las pompas fúnebres de alguien a quien le gustaba la música”.
Junto al grupo Garibaldi permanece un solitario con su guitarra, es Pablo Canales, de 56 años, uno de los artistas más respetados por sus colegas y el público de Santo Domingo. Él es el pionero de las serenatas en la ciudad junto con Juanito Olmedo.
Siempre está vestido con traje formal azul. “Hay que respetar a la gente que nos contrata y estar bien presentado”, dice.
Su especialidad son los boleros y pasillos, aunque también interpreta rancheras. Canales cuenta que la canción que más le solicitan es Gema, cantada por Javier Solís: Tú como piedra preciosa/ como divina joya/ valiosa de verdad/si mis ojos no me mienten/ si mis ojos no me engañan/tu belleza es sin igual.
Otro connotado artista del parque es Stalin Medina, quien ha ganado más de 40 concursos a nivel nacional. En la actualidad creó una canción inédita para Santo Domingo y otra para su natal Jama (Manabí)
A su alrededor, los pacientes músicos ven transcurrir la noche en una especie de letargo, pero de pronto todo cambia. Un taxi se detiene; va en busca de artistas. El grupo Garibaldi, con apenas tres miembros, engancha el contrato, pero necesitan más personas. Dos integrantes del mariachi El Rey: Silvio Cuji y Bladimir Santander, les ayudan a completarse, sin egoísmos.
Se distribuyen en dos taxis, con sus respectivos instrumentos y un amplificador eléctrico. “Ya sabemos cómo acodarnos”, dicen entre ellos.
Los taxis los conducen hasta una modesta vivienda en el sur de la ciudad. Los familiares de Holger Delgado Vera quisieron darle una sorpresa en su cumpleaños número 46. Él es un manabita que se dedica al comercio de ropa en Santo Domingo.
Los ojos del agasajado brillan cuando observa ingresar al mariachi. Bladimir Santander le saca música a su acordeón y con su armoniosa voz dice: “Ándele muchachas, para que baile el rey del hogar”. El grupo interpreta seis canciones y la fiesta logra su mayor esplendor.
La primera presentación de la noche culmina cuando la familia Delgado les brinda un coctel de aguardiente con jugo de piña, que no todos aceptan. “Debemos cuidar la garganta”, comentan mientras retornan, en los mismos taxis, al Parque Zaracay, para esperar otro contrato. “No nos cobran la espera porque ya nos conocen”, dicen contentos.