El Municipio no tiene un control estricto de la calidad de las casas

Redacción Quito
quito@elcomercio.com

El Municipio no controla   la calidad de las construcciones en el Distrito.  El Cabildo tiene un procedimiento que se debe cumplir para construir viviendas,  pero no  tiene la capacidad para controlar las propiedades de los  materiales que se usan  en la obra.
 
El arquitecto Carlos Espinel  señala que la calidad de las viviendas y que estas sean o no sismorresistentes,   depende de cada propietario y del asesoramiento técnico en   la  edificación.

Las sanciones
Cuando se  construye una vivienda,  esta debe sujetarse a tres inspecciones (ver infografía). Si no se cumple con los requisitos, las sanciones pueden ir desde la retención de la garantía hasta el derrocamiento. 
La Unidad  de Control de Construcciones es la encargada de emitir el informe técnico para la posterior sanción.
El informe  se pasa a la Comisaría de Construcción. El comisario  emite las sanciones. Pero si una construcción tiene más de cuatro años ya no es posible su derrocamiento.El  experto  explica que la supervisión  que realiza el Municipio    es en el ámbito normativo. Es decir, se verifica que la edificación cumpla con los parámetros de uso de suelo, distribución del espacio, iluminación, etc. “Pero no existe una fiscalización de la calidad de los materiales que se emplean en las  casas”.
 
El control territorial fue modificado en 2005, con la aplicación de las ordenanzas 038 y 044. Esto significó la variación de los procesos de aprobación de planos y otorgamientos de permisos de construcción.

Antes, la aprobación de planos era realizada por un experto del Municipio, quien verificaba que lo descrito en los documentos se cumpla. Pero René Vallejo, secretario de Ordenamiento Territorial, afirma que este trámite se volvió burocrático y los ciudadanos se quejaban porque existía corrupción y coimas.

Desde que se  eliminó este procedimiento,  solo se realiza un registro de planos. Este proceso forma parte de los requisitos que se deben cumplir para realizar una construcción en el Distrito.

Diego Salazar, ex presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, asegura que ante la falta de  control de  planos, la informalidad  y mala calidad de construcciones en Quito ha crecido descontroladamente. “El Municipio perdió la potestad de verificar si se cumplen con los requisitos técnicos. Eso está en manos de los profesionales que lleven adelante la obra”.

Quienes deseen construir una vivienda  -refiere Espinel- deben contratar los servicios de un arquitecto y un ingeniero civil .
 
Los profesionales deben  realizar los trazados y distribución de ambientes respetando lo que estipula la Ordenanza Metropolitana   3746, de arquitectura y urbanismo. El valor que cobran los expertos depende del número de metros cuadrados de construcción. Según el mercado, se puede cobrar hasta el 4% del valor total de la vivienda.
 
En el art. 131 de esta normativa se estipula que “todas las edificaciones deberán poseer una estructura que tenga estabilidad, tanto para cargas verticales, como para empujes sísmicos...”

Pero acatar o no estas disposiciones queda a discreción de  los profesionales que lleven adelante la construcción. Salazar explica que en muchos casos,  quienes  construyen una vivienda no realizan los procedimientos que indica el Municipio, y en otros no se contrata a profesionales para el levantamiento de planos. “Los controles se hacen luego de realizada la obra. No hay supervisión en la planificación”.
    
Según la Secretaría de Ordenamiento Territorial, en 2009 se registraron 4 745 planos arquitectónicos. De ellos,  2 035 obtuvieron los permisos de construcción y 570 tienen el permiso de habitabilidad (último requisito para las viviendas).

Vallejo reconoce que la falta de control constituye un factor de vulnerabilidad de las viviendas en Quito. Pero advierte, además, que  todas las construcciones anteriores a los años setenta, tampoco respetan con los requisitos de seguridad adecuados. “Las casas del centro, de San Juan no cumplen con las normas  porque la legislación no estaba vigente. Por ello, hablar de construcciones ilegales es relativo”.

El proyecto municipal es retomar la aprobación de planos, pero agilitar el trámite. Salazar dice que los colegios profesionales pueden ayudar para que el trámite no sea corrupto.

Esperanza Ordóñez fue ayer al Municipio para solicitar información. Ella quiere levantar un segundo piso en su casa. Dice que  los trámites son lentos y no hay información.  “Solo la gente honesta  cumple con la Ley. Otros construyen sin respetar nada”.

Suplementos digitales