Muñeca de trapo y carrito de plástico

En el juicio político que dicen que se sigue al Fiscal Mayor, uno de los asambleístas interpelantes no estuvo con mucho juicio. Quiso dar un golpe de efecto, pero la tramoya le salió mal, en definitiva el tiro le salió por la culata.

En la preparación de efectos especiales, los enredos deben estar dispuestos con ingenio, así como lo hizo LFC, cuando dio un golpe demoledor, sacando una muñeca de trapo en el momento oportuno, durante el juicio político contra el entonces ministro de Gobierno, Feraud Blum, en el gobierno de Osvaldo Hurtado. Esto causó conmoción en el ‘albero’ congresil, y produjo la salida del Ministro y catapultó a LFC a la Presidencia de la República.

El asambleísta de marras, al que el Fiscal insinuó que se parecía a un tal Julio Luna, llevó un carrito de plástico que nada tenía que ver en estampa con el ‘Porschesazo’ que estuvo al servicio de Pesántez.

Luego lo exhibió sin causar ningún efecto; más bien causó molestias entre los asistentes. Si Alias Julio Luna quiso imitar a LFC, los resultados fueron al revés, y Luna pasó a ser el satélite de Plutón.

La televisión mostró al asambleísta desencajado, gritándole al Fiscal y completamente desilusionado al ver que le había fallado el trampantojo. Seguro que habrá dicho luego, entre sus colegas, lo mismo que dijo la cucaracha: “Ayer me echaron un polvo que casi me mata'”.

Si esto les recuerda la larga noche neoliberal y el clímax de la partidocracia, no están nadita equivocados. La partidocracia sigue, pero reducida a un chulla partido, y LFC , que fue ‘dueño del país’ de 1984 a 1988 (y años subsiguientes) resulta un guagua de pecho, comparado con el actual gerente propietario de la patria.

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