Hace poco, alguien comentó que Bruce Hoeneisen, el famoso PhD en Física, codescubridor del Quark Top, que investiga y da clases en la USFQ, vivió el último terremoto de Chile -su país- con nostalgia. Sonaba raro, sonaba ilógico y, sobre todo, sonaba interesante.¿Qué significa tener nostalgia de un terremoto? No quedaba más que preguntárselo personalmente. Y las respuestas llegaron una tarde gris, que se iluminó con buenos recuerdos en su oficina de la Universidad, en Cumbayá.
Rodeado de los desnudos que pinta y amontona en su lugar de trabajo (porque a la casa tiene prohibido llevarlos; ya no caben) y atrincherado tras su caos personal hecho de papeles, saca una peinilla del bolsillo de su camisa y se arregla para las fotos. Cuando la sesión termina, Bruce comienza a deshilvanar su memoria…
¿Es posible sentir nostalgia de un terremoto?
Para mí fue una experiencia fantástica; tanto desde el punto de vista personal como profesional, porque la universidad paraba sus actividades por un mes para que ayudemos en la reconstrucción después del terremoto.
Ya entiendo la nostalgia…
Por eso unos cuatro años después colaboré en Perú, tras un terremoto en los años 70, donde murieron unas 70 000 personas.
¿Qué hizo?
Un día me metí a las cuatro de la mañana en un camión de la Cruz Roja. Me asignaron 10 000 latas de atún, algunos miles de quintales de cemento y 10 cajas de dinamita. Me fui con eso a un valle por Raypac, Huarmey, Huanchay…
¿Cuál era su labor ahí?
Me pasé un mes organizando mingas. Yo tenía el atún y nadie tenía qué comer’ pero yo no le di ni un atún a nadie, sino que lo planteé de la siguiente manera: quien va a reconstruir el canal tiene qué comer y si me muestran agua al final del canal, tienen el cemento para impermeabilizarlo.
¿Y lo logró?
En 21 días construimos 19 canales de 7 km, a pura minga.
¿La gente que había perdido todo se sobrepuso para participar de las mingas?
Es que quien tiene que ayudar a la gente es la gente misma; uno tiene que ayudarse a sí mismo.
Entonces, ¿cuál era su rol?
Yo le preguntaba a la gente qué quería, qué necesitaba. Nada más. Y hacíamos ollas comunales con el atún y los pepinos que ellos tenían. Así pasé un mes: comiendo pepinos con atún (risas).
¿Qué le han enseñado los terremotos?
Que en estos casos el ser humano demuestra lo mejor y lo peor que tiene. Hay ejemplos fantásticos de heroísmo y generosidad; y por eso me dio nostalgia de mi época de estudiante, cuando nos mandaban a ayudar.
Relate una jornada de esas.
En Perú yo andaba con cero equipaje, solo con lo puesto; que no me saqué en 30 días.
O sea que olía ‘riquísimo’’
Riquísimo. Y estaba muy feliz. No tenía un minuto de descanso.
Cuénteme una anécdota de los terremotos que vivió.
Yo me acerqué a una señora en Huanchay (Perú), que estaba durmiendo debajo de un matorral como con cuatro o cinco guaguas; donde no había una sola casa en pie. Y le pregunté qué era lo que más necesitaba. Me dijo: “Por Dios hagan la escuela rápido”.
¿Por qué?
Porque los guaguas ya le tenían hasta la coronilla. Era la respuesta que menos me esperaba.
Desde su punto de vista científico, ¿cuándo el conocimiento se vuelve útil?
Soy alérgico a todo lo útil.
Ah’
Trato de solo hacer cosas inútiles, como pintar que no puede ser más inútil; navego en el velero sin destino ni apuro.
Entonces, de todo el conocimiento que tenía, ¿qué aplicó para estas catástrofes?
El sentido común; o sea de tanto estudiar y resolver problemas y cálculos, por años, uno va adquiriendo el sentido común. Y por ejemplo en Perú había que construir estos canales con una pendiente menor al 1%.
Ajá…
Y yo como un sabio ingeniero tomaba un vaso de agua que llenaba hasta arriba y trataba de ver la pendiente del río, y los indígenas, que no saben leer ni escribir, saben mucho más que el ingeniero. Ellos cogen la pala y le van bajando hasta que avance el agua y eso es todo. Y funciona. A mí no se me había ocurrido.
¿La solidaridad se aprende o es algo que nace?
La solidaridad nace sobre todo en los pueblitos chicos. Y te digo algo, ahora yo siento que en Ecuador hay un resentimiento social: pelucones contra no pelucones, en lugar de la amistad y la solidaridad que solía haber’