Christian Torres,
Redacción Política
Algunos creen que la ‘Vieja de mierd@’ es un oráculo informático que deambula por Facebook: una mujer que parece una abuelita de cuento, pero que muestra con irreverencia el dedo medio de su mano izquierda.
19 417 000 personas de todo el mundo consultaron a la anciana virtual, hasta el jueves último, creyendo que puede predecir cómo se sienten y calmar su malestar. Yo lo hice por primera vez hace siete días. Y la frase fue: ‘Christian, ya no esté triste, no hay pena que no se pase, ni p…. que no se canse”. Lo mejor de todo es que le atinó.
Casi me convence, si no fuera que antes conocí a Álvaro Abad, el creador y la mente detrás de las frases sarcásticas de la aplicación número uno de Facebook.
Abad es un cuencano de 29 años, que hace 10 vino a Quito para seguir sus estudios de Odontología para complacer a sus padres y luego los de Comunicación, para satisfacerse él mismo. Carolina Paredes, su compañera de aulas, lo recuerda como un buen amigo, cordial y ocurrido, con frases que arrancaban risas.
Su habilidad la usó para crear este fenómeno de las redes sociales. Y le sirvió como una ‘limpia espiritual’ para olvidar a una enamorada de siete años y a su ‘cariñosa’ madre. Abad pidió que no se publiquen sus nombres, “porque está de moda el sicariato”.
Abad es un romántico, capaz de llenar la casa de su novia con 2 500 rosas, subirse al techo de un edificio para colgar una tela de 11 metros llena de grafitis de amor o escribir 95 poemas y entregárselos el día que viajaba al extranjero. “Así somos los géminis”, asegura entre risas.
El cariño que profesaba a su amada fue fuerte como los malos momentos que le dio su ex suegra. Como cuando en un tranquilo almuerzo en la casa de su novia, su sopa estaba tan salada que se le secaba la boca. Disimuladamente codeó a su chica para decirle que su plato no era apto para humanos. Ella le dijo que estaba loco, pues la sazón estaba buena. Entonces, probó la sopa de su acompañante y comprobó que estaba perfecta. Solo la suya parecía una salmuera… y fue entonces cuando sentenció: ‘vieja de mierd@’.
Esa frase se repetía en su cabeza cuando llamaba a su amada y su ex suegra lo mandaba a volar o cuando su novia recibió un libro de ayuda sobre las mujeres que tienen al hombre equivocado.
La aplicación del Facebook nació en una noche de bohemia con sus amigos de Cuenca. Era marzo de este año y sus panas le dijeron que sus ocurrencias podían estar inmortalizadas en la Web y serían mejor que las frases pegajosas o psicológicas de las aplicaciones.
Al otro día, con una resaca quiebracabezas, inició ese desafió. La primera frase que colgó fue una de su ex suegra: “En arca abierta hasta el justo peca”. Luego, el sistema le pedía que agregara una foto, recordó que había recibido una invitación de Halloween con la imagen de la venerable anciana.
Abad imaginó que solo sería una broma para alegrar a sus amigos y subió 15 frases. Pero recibió correos desde Argentina y otros países, que le pedían colocar otras. Así empezó la famosa aplicación.
Hasta ahora, el cuencano tiene en su repertorio 1 010 frases, todas nacidas de sus experiencias, de los relatos de sus amigos y de los recuerdos de familiares.
La broma, ahora, ocupa buena parte del tiempo del romántico, que trabaja para una empresa familiar. Cada mañana, se levanta y observa los e-mails que ha recibido la ‘vieja’; son unos 500 al día y llegan desde Australia, España, EE.UU., Puerto Rico, México, Argentina, Uruguay, Chile…
Algunos le dan ánimos para seguir satirizando en la Web, otros creen en sus poderes místicos y le preguntan ¿cuál será el sexo de su hijo?, ¿si su pareja es la ideal?, ¿quién ganará el Mundial?, como a su competencia: el pulpo Paúl.
Abad no alcanza a contestar todos los correos, pero definitivamente lo hace cuando cree que puede ayudar. Evita hablar de política, religión, homosexualidad y racismo para no herir a nadie.
Hace 15 días, prefirió dejar el anonimato y que el mundo sepa que él es el creador de ese fenómeno y por eso fue invitado a un foro en Guayaquil.
Aunque no recibe ningún rédito económico, no dejará morir a la viejita. Seguirá escribiendo para que nunca se repita una frase.
El segundo consejo que recibí fue : “Deja el coqueteo y dile rápido que te gusta, aprovecha que estás a tiempo, antes de que se te vaya la presa”. Es una adivina.
El cuencano sabe que con cada frase su originalidad se pone a prueba. Son 250 caracteres, con los cuales pueden causar una sonrisa y alegrar a un cibernauta. Él también ríe cuando las escribe.