Venezuela reportó ayer más de 100 000 damnificados a causa de las peores lluvias en la última década. Esta cifra eleva la presión al gobierno de Hugo Chávez, que no cuenta con la infraestructura para reubicar a las personas que perdieron sus hogares debido a las inundaciones.
En el país se estima existe un déficit habitacional de más de dos millones de viviendas, que crece en unas 200 000 unidades por año, por lo que el alto número de damnificados es un dolor de cabeza para el Presidente.
Ante la falta de disponibilidad de lugares para albergar a la gente, Chávez ordenó alojar a personas en cuarteles, hoteles de lujo, el Palacio de Gobierno, además de galpones, sótanos y hasta en un centro comercial. El domingo, el Mandatario dijo que utilizará terrenos baldíos y hasta viviendas desocupadas en Higuerote, balneario de fin de semana de los habitantes de Caracas.
El anuncio del Mandatario provocó una estampida de asustados propietarios que iban a cuidar sus apartamentos de fin de semana para evitar que sean ocupados por damnificados, según redes sociales y medios locales.
El mismo Chávez y el vicepresidente Elías Jaua aclararon que se utilizarán hoteles y terrenos baldíos, pese a lo cual los propietarios se mantenían alerta en defensa de sus inmuebles.
La infraestructura petrolera del país, uno de los mayores productores de crudo del mundo, sufrió los embates de las lluvias, particularmente en refinerías y mejoradores. El mal clima impidió cargar y descargar buques petroleros con regularidad, lo que mantiene detenidas las refinerías Cardón y El Palito, mientras el mejorador Petroanzoátegui, operado por Pdvsa, va semanas parado.