“El que se cansa pierde”. El mensaje de la camisa que llevaba Leopoldo López al momento de entregarse a las autoridades, el 18 de febrero, se repetía en franelas y pancartas. “Por mi país y mi familia no me cansaré”, agregó a la frase Leidelyn Castellano.
“Van 10 días de protestas. Por qué cansarse si ya tenemos 15 años de silencio”, podía leerse en uno de los carteles.
La convocatoria fue masiva. La avenida Francisco de Miranda se llenó, desde La California hasta Parque del Este, de manifestantes que se unieron para rechazar la represión y la violencia y exigir el desarme de los colectivos.
Ciudadanos de distintos puntos de Caracas dijeron presente. “Los burgueses de El Guarataro también marchamos”, escribió sobre papel bond Kelvin Sosa, quien iba acompañado de Ángel González, residente del 23 de Enero.
“En San Martín, El Calvario y 23 de Enero suenan las cacerolas, pero la gente no se atreve a salir a la calle por temor a los colectivos. Tenemos la esperanza de que viniendo a mostrar nuestro apoyo tendremos un mejor país. Esos chamos murieron por nosotros, así que no podemos quedarnos de brazos cruzados”, dijo Sosa.
Julmar Moreno, de Catia, y Yefres Henríquez, de Caricuao, denunciaron ser víctimas de amenazas por parte de los colectivos que hacen vida en sus respectivos sectores debido a que organizaron movilizaciones en sus zonas. “No puedo caminar libremente por Caricuao, tuve que mudarme de mi casa. Estamos exigiendo seguridad. El gobierno no puede estar al servicio de unos mercenarios. Lo que hacemos es reclamar nuestros derechos”, afirmó Henríquez.
La concentración estuvo acompañada de una marcha espontánea por las calles de La California Norte y Los Cortijos de quienes intentaban ponerse de frente a la tarima. Varios manifestantes llevaban flores, como símbolo de paz.
María Laura Fernández, estudiante de la Universidad Santa María, cargaba un ramillete en las manos: “Si la Guardia nos dispara nosotros respondemos con flores. Esto es para demostrar que somos pacíficos. Estoy manifestando desde el 12 de febrero y seguiré en la calle hasta que el cuerpo aguante”.
Agenda de Unidad
Henrique Capriles Radonski acudió nuevamente como punta de lanza al llamado de la Mesa de la Unidad Democrática y definió las exigencias que harán al gobierno nacional el lunes, en Miraflores.
Liberación de los estudiantes detenidos, libertad para el líder opositor Leopoldo López, medida humanitaria para el comisario Iván Simonovis, cese de la persecución contra los políticos que están en el exilio y permiso para que regresen al país, desarme inmediato de paramilitares, integración de una comisión de diputados oficialistas y opositores junto con la Fiscalía General y el Tribunal Supremo de Justicia que se ocupe de hacer cumplir la ley en nombre de los caídos y cese inmediato de la represión en contra de los manifestantes serán los siete puntos que demandará la oposición si se entabla el diálogo.
A las 10:40, Jesús “Chúo” Torrealba se dirigió por primera vez al público concentrado en la avenida Francisco de Miranda, a la altura de El Marqués. “Hoy es un día muy importante porque se cumplen 20 días de la más brutal represión, de tiros, de muchachos detenidos y torturados”.
Inmediatamente anunció el que sería otro asunto sustancial a resaltar entre los voceros opositores: la unidad no se ha perdido.
Después de unas breves palabras de la periodista Mari Montes, dirigidas a las madres y mujeres del país, comenzó una espera forzada por problemas de sonido que impidió por más de dos horas que los líderes se dirigieran a la masa.
En el bache, el diputado Miguel Pizarro repasó el récord de las víctimas de la represión. “Hay 38 privados de libertad en este momento, 50 personas tendrán su audiencia hoy, 18 casos de tortura denunciados durante el juicio y más de 500 excesos policiales al momento de la detención”” Además, resaltó que 80% de los que han sido liberados salió con régimen de presentación y prohibición de participación en manifestaciones.
En la concentración estuvo presente la familia de Luis Felipe Boada, estudiante de Administración detenido el 12 de febrero. Boada, alumno de la Universidad de Nueva Esparta, fue detenido en las cercanías de Parque Carabobo. “Estamos aquí para que la gente sepa qué es lo que está pasando. Hemos recibido mucho apoyo y seguiremos en la calle”, aseveró María Alejandra Prieto, prima de Boada.
Apoyo a los jóvenes
Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD, recalcó que la propuesta de la que es parte busca poner en primer plano los problemas de la gente.
A las 12:50se hizo el sonido. Juan Requesens tomó primero la palabra, pidió un minuto de silencio en honor a los caídos y llamó a las autoridades a encontrar a los culpables de las muertes que se han dado desde la marcha del 12 de febrero. “Quiero que tengamos conciencia, que no caigamos en la anarquía. La desorganización permite que el gobierno atraviese nuestra protesta”, dijo el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la UCV.
Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, acudió a la concentración para ratificar la unidad y para enviar el mensaje de López de seguir en las calles.
“Venezuela está en llanto, en ruinas, pero está en pie de lucha hasta vencer, hasta lograr la democracia”, exclamó María Corina Machado cuando llegó su momento. También envió palabras de ánimo al pueblo tachirense.
El alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, salió al paso a las acusaciones de golpismo. “La gente lo que quiere es tumbar los precios de la comida, que están por el cielo”.
Capriles aprovechó la presencia de la prensa internacional para enumerar los 18 casos de tortura. “Que lo sepa todo el mundo”, dijo. Instó a los jóvenes a mantener las protestas, pero pidió que se hagan de día para evitar el ataque de paramilitares y sugirió que se evite el cierre de calles. “Es el momento de la organización, de convertir la protesta en un movimiento social indetenible”, finalizó el gobernador.
Los manifestantes también mostraron su apoyo a los tachirenses y merideños. La frase “Libera el gocho que llevas dentro” se repetía entre las consignas, al igual que el acróstico.
“Gente organizada contra el hostigamiento y la opresión”, escrito a partir de las letras que forman la palabra gocho.