Tregua en Ucrania tras cuatro días de enfrentamientos

Agentes y manifestantes se enfrentan en Kiev, Ucrania, el 23 de enero de 2014. Foto: EFE

Agentes y manifestantes se enfrentan en Kiev, Ucrania, el 23 de enero de 2014. Foto: EFE

Los dos bandos enfrentados en Ucrania, manifestantes y antidisturbios, se dieron hoy 23 de enero una primera tregua tras cuatro días de enfrentamientos violentos, lo que permitió a la oposición abrir negociaciones con el presidente, Víktor Yanukóvich.

El dirigente opositor Vitali Klitschkó se acercó hoy a la línea de frente del estadio del Dinamo de Kiev para exhortar a los grupos más belicosos que dejaran de desafiar a la policía hasta las 20:00 hora local (18:00 GMT).

"Os pido que respetéis la paz. Controlaros. Ni un solo ataque. Evitemos un nuevo derramamiento de sangre", dijo el popular boxeador y líder del partido UDAR (Golpe), uno de los dirigentes de la oposición que protesta contra el alejamiento del país de la Unión Europea y denuncia el creciente autoritarismo de Yanukóvich. Klitschkó aseguró a los manifestantes más desconfiados que los Berkut, el temido destacamento especial antidisturbios, también se había comprometido a cesar las hostilidades, en particular en lo que se refiere al lanzamiento de granadas aturdidoras.

El boxeador aseguró que planteará a Yanukóvich varias demandas, entre las que figura la revocación de las controvertidas leyes en vigor desde esta semana que coartan la libertad de expresión y de reunión y que, según la oposición, convierten a Ucrania en un estado policial a imagen y semejanza de Bielorrusia.

Además, exigirán la dimisión del Gobierno en pleno y la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas, aunque los opositores reconocen que es difícil que ésta última petición sea satisfecha por Yanukóvich, que se plantea buscar la reelección en 2015.

Pese a que la reunión comenzó con retraso, ambas partes respetaron religiosamente el armisticio, aunque miles de personas esperan impaciente su resultado en plena calle, pese a las gélidas temperaturas.

Eso sí, los manifestantes no perdieron el tiempo y dedicaron toda la jornada a construir nuevas barricadas, parapetos y empalizadas en todo el centro de Kiev, desde la avenida Kreschátik hasta el estadio Valeri Lobanovski, escenario de los enfrentamientos más sangrientos.

La copiosa nevada que sepultó la capital durante los últimos días jugó a favor de la oposición, que la aprovechó para construir barricadas de hasta cinco metros de altura con sacos de nieve.

Antes de reunirse con los opositores, Yanukóvich pareció hacer una tímida concesión al proponer que la Rada Suprema (Legislativo) celebre una sesión extraordinaria la próxima semana para debatir la continuidad del Gobierno. "Hay muchos asuntos que hay que resolver en la sala de sesiones y no en la calle. La oposición y la mayoría deben reunirse y debatir los problemas que surgen: la renuncia del Gobierno y los problemas con las leyes que adoptó la Rada", aseguró Vladímir Rybak, presidente de la Cámara, tras reunirse con el presidente.

Yanukóvich, quien ha llamado a encontrar una "solución inmediata" a los desórdenes que han costado la vida a tres personas, según fuentes oficiales, analizó hoy por teléfono la crisis con la canciller alemana, Ángela Merkel, y el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden.

"Estamos horrorizados por las imágenes que nos llegan de Kiev", aseguró a la prensa la canciller germana, quien expresó también su indignación por el repentino recorte de los derechos cívicos en Ucrania.

Mientras, Yevguenia Timoshenko, hija de la encarcelada ex primera ministra y líder de la oposición, Yulia Timoshenko, llamó hoy a Occidente a imponer sanciones a los altos cargos que ordenaron el uso de la fuerza contra los manifestantes.

"Los países democráticos deben apoyarnos para frenar inmediatamente la violencia y evitar que el régimen siga matando gente. Está claro que Yanukóvich está creando una dictadura. Las sanciones le devolverían a la realidad", aseguró a Efe.

Por su parte, el presidente del Comité de las Regiones de la UE, el español Ramón Luis Valcárcel, denunció hoy "la crueldad de las cargas policiales en Kiev" y aseguró que el Gobierno ucraniano "actúa contra la voluntad de su pueblo".

Mientras, el ánimo contestatario se propaga como un virus por otras regiones, como las occidentales Lvov y Ternópol, tradicionales bastiones opositores donde los manifestantes tomaron las delegaciones del Gobierno central.

"Al ver a gente descontrolada en ausencia de un líder y al entender que no estaban dispuestos a dialogar, y como también estaba preocupado por la seguridad de los funcionarios de la administración, firme la carta" de dimisión, aseguró Oleg Salo, delegado del Gobierno en Lvov. Los partidarios de la oposición se dirigieron a los edificios gubernamentales en ambas regiones para "tomar el poder en sus manos" y cedérselo a los diputados de la asamblea regional. En un primer gesto de desobediencia contra el Gobierno central, el alcalde de Lvov ha asegurado que no tiene intención de aplicar las controvertidas leyes "dictatoriales" promulgadas por Yanukóvich.

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