Ivonne Guzmán
Editora de Siete Días
Fue inevitable y un poco pueril. Cuando hace unas semanas Tiko Tiko visitó la redacción de este Diario, yo grité con genuina alegría: “¡Mira, es Tiko Tiko!”; inmediatamente después recuperé la compostura (es decir, la adultez). Ese ‘flashback’ a la niñez no pasó de ahí.Días más tarde, buscando un personaje que tuviera algo que ver con el Día del Niño que se celebra este martes, su imagen amigable (por algo es ‘Tiko Tiko, el amigo de los niños’) se posó en mi cabeza.
Nuevamente lo inevitable. Me instalé al teléfono a buscarlo; la niña que me habita me animaba a querer saber más de ese personaje con el cual aprendí, cantando, el orden de los planetas.
La intención era hablar con él para que miles de adultos que crecieron viendo su programa tengan su propio viaje en el tiempo al ‘escucharlo’ mientras leen estas líneas. Así, en casi una hora al teléfono, descubrí que a ese payaso simpático de mi niñez, le encanta hablar, que es dado a los temas espirituales, que tiene una agenda tan ocupada como la de un ministro de Estado y que lleva al Ecuador tatuado en el alma.
Cuando nos despedimos, me dijo: “Dios la bendiga”, y, una vez más, me hizo sonreír.
¿En qué se diferencian el niño del adulto?
El niño es espontáneo cien por ciento. No utiliza la política.
En cambio los adultos estamos llenos de poses’
No necesariamente de poses, sino que los adultos tenemos muchos compromisos. El adulto mide más las situaciones. Por ejemplo, en un show, un niño si le gusta se queda, pero si se aburre se va.
¿Algún niño se le ha ido?
No, jamás. Gracias a Dios.
¿Por qué vale cultivar el niño que llevamos dentro?
Porque las almas grandes sienten emoción y la expresan, como lo hacen los niños.
¿Y usted por qué escogió vivir en el mundo infantil?
Toda la vida he sido el tío favorito de mis sobrinos; no sé por qué, yo no era nada especial. Nunca pensé en ser un personaje infantil. Lo que yo quería ser era cantante y actor, y creo que es lo que sigo siendo hasta la fecha.
O sea, usted quería hacer películas, teatro’
Hice hasta telenovelas en Colombia. Y tengo discos .
¿Fue así que llegó acá?
Yo llegué a Ecuador como cantante. Con Claudia de Colombia inauguramos el Hotel Manta Imperial. Ahí me ofrecieron tener un show en televisión y acepté, esto fue por el año 73.
¿Cómo pasa de ser cantante a ser payaso infantil?
Casualidad. Un día en mi programa que se llamaba ‘Luces, cámara, acción’ en lo que hoy es RTS y en ese tiempo era Tele Tortuga, interpreté la canción Payasito, de Enrique Guzmán. Me disfracé con la ayuda de Cartuchito, el payaso del canal, y gustó.
¿Desde ahí es Tiko Tiko?
No. Luego vino un productor venezolano y me dijo que le recomendara a un payaso y yo le hablé de Frejolito, Cartuchito, Cachirulo y él me dijo que no era lo quería. Entonces le dije: Yo. Y él me dijo: Tú no eres payaso. Y le contesté: Yo soy un payaso que canta. Él dijo: bueno. Y yo: ¿Cuánto hay?
Cuando le preguntan por su profesión, ¿qué responde?
Productor de televisión, porque yo produje el programa hasta hace poco. Ya no tengo tiempo.
¿No piensa en usted mismo como un payaso?
No. Yo lo veo a Tiko Tiko en tercera persona.
¿Le molesta que le digan que es payaso?
Hay un chiste para eso’ Viene un tipo y me dice: ‘No sea payaso’. Y yo le respondo: ‘¡Qué, quiere que me muera de hambre!’.
¿Es un Peter Pan?
No, yo soy un hombre. Y si tú ves un show de Tiko Tiko, ahí no se distorsiona el lenguaje ni se habla tonterías.
¿De qué habla?
Ahorita estamos con el tema del calentamiento global, contando a los niños que todos podemos colaborar. Y el programa siempre ha sido así. ¿Te acuerdas que yo les decía: Hay que estudiar?
La verdad no, pero me acuerdo que aprendí el orden de los planetas cantando su canción Sistema Solar.
¡Ves! A ver ¿cuál es el quinto planeta? (Risas. No me lo sabía).
¿Qué les dice Tiko tiko a esos miles de adultos que crecieron con su programa?
Yo creo que son millones. Quiero decirles que los quiero mucho.
¿Aunque no los conozca?
Pues no los conozco, pero mira que se me quiebra la voz (se le escucha emocionado). Y sí los quiero mucho, y quisiera que busquen la forma de ser siempre mejores, ante los ojos de Dios y ante los ojos de ellos mismos. Es más, el punto en esta vida es ser decente.