‘Espantoso”. Fue lo primero que alcanzó a decir la filipina Erlinada Pérez cuando se le preguntó sobre la ola de calor que por varios días viene afectando a Nueva York y el noreste de Estados Unidos.
Ella es una mujer de 65 años para quien el Alcalde de la ciudad abrió 500 salones fríos para que acudan a refrescarse. “El de hoy (ayer) era un día para no salir de casa. El calor me quitó las fuerzas y las ganas de comer”, dijo la señora, que se limpiaba el sudor del rostro con una servilleta de papel.
“Una ola de vapor se apodera de todo apenas se sale de la casa. Creo que este ha sido el día más caluroso de la temporada. Ayer se podía cocinar un huevo en la calle”, relató Óscar Dueñas, quien aseguró que el consultorio de su médico estaba casi vacío. La gente no acudió debido a la ola de calor.
Él regresó con su camiseta literalmente goteando sudor en el cuarto día de la ola de calor que recién mañana traería algo de brisa y la humedad bajará.
En las calles de Manhattan y Queens no había niños y en los parques muy poca gente caminaba, protegiéndose con sombrillas. Los dueños de mascotas tampoco las sacaron a pasear en señal de que escucharon las advertencias de los veterinarios.
Pero quedarse en casa para miles de familias no era una buena opción porque los aires acondicionados no funcionaron, pues el consumo de energía rompió récords. Servicios de Internet y teléfono en el área de Elmhurst, por ejemplo, el lunes y martes sufrieron permanentes interrupciones: la razón, según Time Warner, la ola de calor, que causó la muerte de una persona.
La víctima, una mujer de 92 años de Filadelfia, fue hallada muerta en su apartamento el lunes por la noche. Ella tenía las ventanas abiertas pero no contaba con aire acondicionado.
El servicio meteorológico emitió una alerta de calor para una amplia franja del territorio estadounidense que incluye las ciudades de Boston, en Massachusetts; Nueva York; Filadelfia, en Pennsylvania, y el distrito federal de Washington.
Las temperaturas en las zonas urbanas de la zona alcanzan niveles cercanos a los 40 grados. Las radios y las emisoras de televisión emiten continuos reportes sobre la necesidad de mantenerse lejos del sol e hidratado durante estos días de altísimo calor.
Para evitar que personas vulnerables, en particular de la tercera edad, sufran las consecuencias de la ola de calor, autoridades locales en varios estados abrieron centros de refresco (‘cooling centers’) en diversos edificios municipales. Al menos una decena se abrieron en Massachusetts y otros tantos en el estado de Nueva York.
Algunos países de Europa y Asia (ver recuadro) también soportan altas temperaturas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de España pronosticó que la ola de calor disparará los termómetros hasta los 40-44 grados en Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura. Las alertas llegarán este jueves al naranja o incluso al rojo en algunas zonas. Ángel Rivera, portavoz de la Aemet, indicó que estas previsiones están un poco por encima de lo normal y que tradicionalmente las temperaturas más altas del verano se suelen registrar entre el 15 de julio y el 15 de agosto.
Mientras, el fenómeno climático de La Niña se perfila en el océano Pacífico, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM). “Tras la rápida desaparición del fenómeno de El Niño 2009/10 a principios de mayo (…), prosigue la evolución hacia un episodio de La Niña”, inverso al de El Niño. Se caracteriza por ausencia de lluvias y altas temperaturas en la superficie del mar.
En Ecuador no habrá ola de calor
El comportamiento del clima en estos días de verano en las diferentes regiones del Ecuador será con tendencia a temperaturas más bien bajas o frías, antes que altas o de calor, según el Instituto Ecuatoriano de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
Homero Jácome, técnico del organismo, indicó ayer que los pronósticos prevén que la temperatura mínima en la Sierra, especialmente en Quito, oscilará entre 8 y 10 grados y la máxima entre 18 y 21 grados. En Guayaquil y en la Costa en general la temperatura oscilará entre una mínima de 21 grados y una máxima de 31.
En la Región Amazónica también la temperatura será variable entre una mínima de 21 grados y una máxima de 30. Sin embargo, el técnico señaló que en el 2010 hubo en el país un desfase de lluvias, lo cual ha generado ligeras precipitaciones en el verano que comenzó el 21 de junio.
Jácome recordó que en enero, febrero y marzo, que son meses de lluvia, hubo un déficit de precipitaciones en la Sierra, las que arreciaron en abril y mayo, disminuyendo en junio y en lo que va de julio. “Esto significa que existe una anomalía atmosférica”, lo cual, agregó, se produce debido al cambio climático. “La ola de calor en Estados Unidos y Europa también es consecuencia de aquello”, aseguró Jácome. Red. Mundo