Los ‘teen’ chefs invaden la cocina

Cuando tenía 11 años  ayudaba en el restaurante del afamado chef venezolano Sumito Estévez; y asistía a clases de cocina los fines de semana.

Cuando tenía 11 años ayudaba en el restaurante del afamado chef venezolano Sumito Estévez; y asistía a clases de cocina los fines de semana.

No es cosa de todos los días que un niño se ponga un delantal, se pare frente a la cámara y dé consejos sobre cómo preparar una comida. Pero como los ‘teen’ (adolescentes) son el grupo preferido del marketing y la cocina está de moda, hoy son cada vez más los adolescentes que meten las manos en la masa y aspiran a convertirse en celebridades.

El primer chef sub 15 que se hizo famoso fue el inglés Sam Stern, que hace seis años publicó el que sería el primero de cuatro libros de recetas para hacer con amigos. El autodenominado ‘teenager chef’ pronto se transformó en columnista del periódico para adolescentes First News y hoy mantiene un blog exitoso al que sube videos de él cocinando.

La moda no tardó en llegar a EE.UU. Greg Grossman, de 14 años, firmó con la productora Picture This Television para protagonizar un reality que mostrará su trabajo como organizador de catering de eventos. La noticia causó tanto revuelo que hasta Oprah lo entrevistó sorprendida porque, aunque ella le triplica en edad, aún no sabe cocinar lo que este niño de pelo largo sí.

Pero el que ha llegado más lejos es Omar Pereney, un chico venezolano de 15 años que se convirtió en la nueva estrella del canal Gourmet y, así, en el primer ‘teen chef’ en tener su propio espacio en TV: ‘Yo cocinero’.

Para Christopher Carpentier, chef del restaurante chileno C, “Claramente un niño de 15 años no es un chef. Así como hay niños en teleseries y en programas de talento, es súper atractivo que aparezca este mini cocinerito. Eso no quiere decir que no sea súper talentoso, que el programa sea entretenido y que sea un aporte a la gastronomía. Yo lo miraría por el lado positivo”.

Con 2 200 fans en su Facebook, Omar Pereney es algo así como un héroe para su generación y también para sus compatriotas, que lo llaman el sucesor de Sumito Estévez, el destacado chef que conduce ‘Venezuela mía’.

La comparación no es tan antojadiza porque fue en su restaurante Sibaris donde Pereney comenzó su carrera a los 11 años. “Sumito es uno de mis maestros y una especie de motor de la gastronomía venezolana”, reconoce Omar.

El año pasado, su padre supo que el canal buscaba a un niño para un programa de cocina, así es que corrió al casting con él. Su currículum incluía pasantías en el restaurante Malabar del peruano Pedro Schiaffino y clases los fines de semana en el Instituto Culinario de Caracas.

“Ahí hacía un poco lo que hacen todos los chamos (chicos); ya sabes, revuelve aquí, pásame esto, sirve aquello, corta acá, pesa allá", cuenta Omar. Todas esas experiencias sumaron para que Omar se convirtiera en el más joven de la variada gama de cocineros que reúne el canal Gourmet.

Claro que al escucharlo hablar, no parece tan niño. Y él, desde un principio, deja claro que no está jugando a cocinar. Quizás no puede usar algo tan indispensable en la alta cocina como el vino , pero ya tiene su juego de cuchillos.

El estudio en que se graba ‘Yo cocinero’ está decorado como si fuera su propio cuarto, con bicicleta y computador incluidos. Bien engominado y vestido con un delantal blanco, mientras une la harina con el agua, este niño con frenillos habla explica cómo funciona la levadura: “Imagine que es como un animalito pequeño que se va metiendo por la masa”.

Con su cocina basada en platos venezolanos, como arepas y quesos blancos, y su trato cortés, además de ganarse el corazón de los patriotas, conquistó incluso a las madres de las quinceañeras para las que está pensado el programa.

No es que prepare platos demasiado sofisticados, pero se nota que sabe lo que hace y que algún día se convertirá en chef como Ferrán Adriá o Gastón Acurio, sus ídolos. “Yo admiro a muchos chefs. Por su creatividad, por su vanguardismo, su carácter en el servicio, su jovialidad y el apoyo a otros cocineros”, dice.

A la pregunta de si piensa que es difícil que le vean como un real cocinero, contesta: “Sí, y muchas veces ha sido así. Pero finalmente las personas aprecian tu trabajo al ver tu desempeño”.

Omar, eso sí, asegura que hay algo en lo que ningún cocinero –ni siquiera él- superará jamás, a su mamá: “Las arepas de mi casa nunca serán superadas”.

Y puesto a escoger entre foie gras o hamburguesa este ‘teen chef’ sabe que todo depende de la situación: “Al salir del cine con mis amigos, cuando no hay mucho tiempo, no cambiaría una hamburguesa por nada”.

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