Otro empleado del mayor grupo electrónico del mundo, el taiwanés Foxconn, se suicidó ayer en la fábrica de Shenzhen, sur de China. Se trata del duodécimo acto de este tipo desde comienzos de año en la fábrica de 300 000 empleados.
Los suicidios desataron un debate sobre las condiciones laborales del fabricante taiwanés, que produce para compañías como Apple, Hewlett-Packard, Dell, Sony o Nokia. Por eso, el presidente de la empresa matriz Hon-Hai, Terry Kuo, guió a un grupo de periodistas por la empresa el miércoles para defenderse de las acusaciones sobre las malas condiciones de trabajo como causa de la ola de suicidios que se vive en la empresa.
Además, había prometido nuevos esfuerzos para evitarlos. Sin embargo, poco antes de medianoche un trabajador de 23 años se arrojó desde el balcón de un séptimo piso, informó la agencia de noticias Xinhua. El último caso se había registrado el martes. Las empresas que encargan sus aparatos a Foxconn han instado a la compañía a mejorar las condiciones laborales. Foxconn tiene en total 800 000 trabajadores en China. DPA