Redacción Siete Días
La modalidad del reciclaje y el ahorro energético entró en la órbita del fútbol. En el Mundial de Sudáfrica , varias selecciones y muchas estrellas del fútbol internacional vistieron camisetas cuyas telas fueron confeccionadas en un 100 por ciento de botellas de plástico recicladas.
Específicamente, la marca deportiva Nike equipó a nueve selecciones que participaron en el Mundial.
La preocupación ambiental en su fabricación no implicó un sacrificio en la funcionalidad de los uniformes.
“Equipamos a los atletas con uniformes que no solamente tienen una excelente apariencia y brindan beneficios de rendimiento, sino que también están hechos de material reciclado y así crean menor impacto ambiental”, explicó Charlie Denson, presidente de Nike.
Las camisetas se fabricaron de poliéster obtenido del resultado de procesar plástico PET (Tereftalato de polietileno), obtenido de vertederos de botellas en Japón y Taiwán, que fueron procesadas para convertirlas en hilo sintético nuevo.
En total, el material usado para los uniformes y los de venta para aficionados fue equivalente a 254 000 kilogramos, suficiente para cubrir más de 29 canchas de fútbol.
Además de un ahorro de energía en la fabricación de alrededor de 30 por ciento en comparación con el proceso de poliéster normal, las selecciones de fútbol que usaron Nike gozaron de un kit diseñado para mantenerlos más frescos y cómodos.
Algunos de los implementos tecnológicos son una tela mejorada, 15 por ciento más liviana que las anteriores, un sistema de ventilación que consiste en orificios de corte láser en zonas estratégicas de la ropa, y una nueva estructura de doble tejido en la camiseta que aporta 10% más de elasticidad.
La empresa destaca que los diseños fueron inspirados en la cultura e identidad de cada país.
La empresa elaboró las camisetas que utilizaron las selecciones de Holanda, Brasil, Portugal, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Eslovaquia, Corea del Sur y Serbia.