El anuncio de que el Santo Grial está en la Basílica de San Isidoro de León, en España, ha disparado el número de visitantes. Pero también el escepticismo sobre si se trata de la auténtica copa que usó Cristo en la Última Cena.
“Hay gente escéptica, y hay gente que viene un poco con la curiosidad de conocer un poco más la investigación… y luego otra gente (…) que se ha acercado desde el punto de vista religioso”, dijo a la AFP Raquel Jaén, directora del museo.
La afluencia de público obligó a retirar el lunes el conocido hasta ahora como cáliz de la infanta Doña Urraca, hija de Fernando I el Grande, rey de León de 1037 a 1065, de la sala donde estaba expuesto para buscarle un emplazamiento más apropiado, tras el anuncio de los historiadores Margarita Torres y José Miguel Ortega.
Según su investigación, la copa que se encuentra en la Basílica de San Isidoro desde el siglo XI es “el cáliz que desde el siglo IV o V las comunidades cristianas de Jerusalén consideraban como el cáliz de la Última Cena”, explicó Torres. Sin embargo, el historiador de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos de Ayala recuerda que el Grial “es una invención literaria del siglo XII sin fundamento histórico alguno. No se puede buscar lo que no existe”.
Objeto de todo tipo de leyendas, solo en Europa existen 200 supuestos santos Griales.