La alcaldesa de Bangui, Catherine Samba-Panza, fue elegida por el Parlamento presidenta interina de República Centroafricana, con la misión de restaurar la paz en este país afectado por los conflictos interreligiosos.
Tras la elección, anteayer, la Mandataria de 60 años lanzó un llamamiento a deponer las armas para que “cese el sufrimiento del pueblo”.
El presidente francés François Hollande, que juega un papel motor en la movilización de la comunidad internacional sobre la crisis en Rep. Centroafricana -antigua colonia francesa- la felicitó, asegurándole, un mes y medio después del inicio de la intervención militar francesa Sangaris, que “Francia permanece a su lado en esta tarea difícil”.
La República Centroafricana está sumida en el caos desde que en marzo de 2013 una coalición rebelde de mayoría musulmana, los Seleka, derrocó al presidente François Bozizé.
La violencia tomó un cariz confesional entre cristianos (80% de la población) y musulmanes. Más de 1 600 soldados franceses se desplegaron hace un mes en el país, en el marco de un mandato de la ONU, junto a unos 4 000 militares de la Fuerza Africana de Mantenimiento de la Paz (Misca).
El lunes, la Unión Europea (UE) aprobó en Bruselas una operación militar bajo la bandera del bloque, en apoyo a esas tropas, y la comunidad internacional prometió ayudas por USD 500 millones en 2014, para poner “fin a la grave crisis” humanitaria. Pese a su potencial minero y agrícola este es un país muy pobre. Los testimonios de los habitantes y de ONG hablan de una situación crítica y fuera de control.