Rusia rechazó el jueves las acusaciones de Ucrania de que sus servicios secretos estuvieron implicados en la muerte de cerca de 90 personas durante las manifestaciones de febrero que provocaron la caída del régimen prorruso en Kiev.
Rusia anuló este mismo jueves, 3 de abril, el último descuento otorgado a Ucrania en el suministro de gas, una medida de presión contra las nuevas autoridades de Kiev, que ahora tendrá que pagar USD 485 por 1 000 metros cúbicos, uno de los precios más altos que Moscú aplica a países europeos.
“Agentes del FSB (los servicios secretos rusos) participaron en la planificación y la ejecución de la supuesta operación antiterrorista” durante las manifestaciones de Maidan, la plaza de la Independencia en el centro de la capital, afirmó el nuevo jefe de los servicios de seguridad Ucraniano, Valentin Nalivaichenko, en la presentación de los resultados preliminares de la investigación sobre los disparos mortales de los francotiradores.
El balance de esas jornadas sangrientas, del 18 al 20 de febrero, ascendió a cerca de 90 muertos.
El entonces presidente prorruso Victor “ Yanukovich dio la orden criminal de disparar contra los manifestantes entre el 18 y el 20 de febrero ” , añadió, acompañado por el ministro de Interior provisional ucraniano, Arsen Avakov.
Esta versión “se contradice con muchísimas pruebas que demuestran lo contrario”, reaccionó el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en una conferencia de prensa.
Lavrov citó en particular una conversación telefónica entre la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro estonio de Relaciones Exteriores, Urmas Paet, grabada clandestinamente, en que se hablaba de una posible implicación de la oposición ucraniana en los hechos.
“La verdad debe establecerse en forma transparente y su total integridad”, agregó Lavrov.