Fuerzas gubernamentales ucranianas y milicias prorrusas protagonizaron ayer, lunes 5 de mayo intensos combates en las afueras de Slaviansk, el bastión de la sublevación en el sureste de Ucrania, con un balance provisional de al menos 20 muertos y más de 50 heridos.
El ministro del Interior de Ucrania, Arsén Avákov, admitió que las tropas ucranianas sufrieron cuatro bajas mortales y otros 30 efectivos resultaron heridos en los choques armados, en los que las fuerzas de Kiev perdieron también un helicóptero MI-24, el cuarto derribado por los prorrusos en los últimos días.
El estallido de esta nueva escalada de violencia aumenta el riesgo de que se desate una guerra civil. Ayer, Rusia -acusada por Occidente de azuzar el separatismo en Ucrania- dijo temer que la paz en Europa se vea amenazada.
Los primeros combates de la jornada se produjeron en la localidad de Andréyevka, donde las tropas ucranianas recuperaron el control de la torre de televisión que brinda señal a Slaviansk y a la vecina Kramatorsk.
Esta última ciudad despidió ayer los restos de Yulia Izótova, una joven de 21 años que falleció el sábado alcanzada por un disparo de las tropas ucranianas, cuando llevaba comida a su novio, un miliciano prorruso que montaba guardia en un puesto de control.
Más de 2 000 personas se congregaron junto al Ayuntamiento, convertido en el cuartel general de las milicias prorrusas, en el funeral de la joven, estudiante de enfermería, que yacía en el féretro vestida de novia. “¡Malditos, cómo han podido matarla!”, exclamaba desconsolada una mujer junto al ataúd cubierto de flores.
Mientras, en Andréyevka, a unos 20 kilómetros, los milicianos prorrusos atacaban las posiciones de las tropas ucranianas junto a la torre de televisión. El ministro del Interior ucraniano reconoció que los rebeldes prorrusos cuentan con armamento pesado, lo que ralentiza el avance de las fuerzas leales a Kiev.
Según Avákov, las milicias prorrusas estarían integradas por menos de un millar de efectivos, entre los que figurarían veteranos de guerra y militares que sirvieron en los ejércitos soviético, ruso y ucraniano.
En su nueva ofensiva contra Slaviansk y Kramatorsk, las tropas ucranianas han sido reforzadas con efectivos de la Guardia Nacional.
Rusia advirtió por su parte, ayer, sobre el riesgo de que se produzca una “catástrofe humanitaria” en las ciudades asediadas por el Ejército ucraniano en el este del país, es decir Slaviansk y la ciudad vecina de Kramatorsk.
“Constatamos ya una penuria de medicamentos y se está comenzando a producir interrupciones de suministros de alimentos”, afirmó el ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
Poco antes, Moscú denunció en un ‘Libro Blanco’ violaciones “masivas” de los derechos humanos en Ucrania por parte de “las fuerzas ultranacionalistas y neonazis”.
La crisis de Ucrania amenaza la estabilidad y la paz en Europa si la comunidad internacional no responde de manera adecuada a esas violaciones “masivas” de derechos humanos, afirmó Rusia.
En cambio, para el presidente interino de Ucrania, Olexander Turchinov, “el objetivo (de los prorrusos) es derrocar el gobierno en Kiev” y anunció la instalación de puestos de control en la capital y en otras ciudades del país, “donde puedan estar saboteadores…”.
Putin prohíbe palabrotas
El presidente ruso, Vladimir Putin, promulgó ayer, lunes 5 de mayo una ley que prohíbe el uso de palabras malsonantes en actos públicos, en los medios de comunicación, piezas teatrales y películas, espectáculos y conciertos, y en los libros y las obras de arte.
Por abusar de las palabras soeces en sus informaciones, las autoridades retiraron el pasado año la licencia a la agencia de noticias Rosbalt, aunque sus críticos lo consideraron una artimaña política para acallar un medio crítico con el Kremlin.
66 muertos se han registrado desde el viernes a causa de las revueltas prorrusas.