Un uevo derrumbe en el yacimiento donde permanecen atrapados 33 mineros en Chile llevó a suspender ayer las labores de rescate Esto desató la desolación en los familiares que desde el jueves se agolparon fuera de la mina en espera de noticias auspiciosas sobre los trabajadores. Con la voz quebrada, el ministro de Minería, Laurence Golborne, anunció que a pesar del desprendimiento de tierra los rescatistas pudieron salir ilesos del ducto de ventilación por el cual entraron para tratar de establecer el primer contacto con los accidentados, que llevan más de 50 horas bajo toneladas de tierra y rocas. “Esto (el derrumbe) bloquea esta posibilidad de entrada, estamos con los equipos técnicos tratando de buscar otros mecanismos”, dijo el secretario de Estado. Según la autoridad, el derrumbe fue a la altura de los 240 metros bajo tierra, lo que no permitió revisar si la loza que cubre el sector donde estarían los mineros colapsó con el derrumbe, ya que ésta se encontraría en el nivel 180. En conjunto con el gerente de la empresa San Esteban, a cargo de la mina San José, el ministro aclaró que son 33 los trabajadores encerrrados y no 34 como se había informado previamente, luego de que la Policía de Investigaciones hiciera el catastro final de mineros que llegaron a trabajar al pique el jueves.La emoción demostrada por el ministro agitó aún más a las familias de los mineros, quienes la interpretaron como una señal de desesperanza. “No sabemos qué está pasando adentro y queremos que se nos aclare la situación (…) Sólo Dios sabe cómo están ahora”, dijo uno de los parientes de los atrapados. Sin embargo, los técnicos han llamado a la calma avisando que los ductos todavía generan aire. Los familiares han sido apoyados por personal de salud mental de la zona norte, mientras que las autoridades dijeron estar abiertas a escuchar alternativas de quienes conocen la labor minera para comenzar lo antes posible con nuevas labores de socorro.