El primer ministro italiano, Enrico Letta, anunció hoy 13 de febrero que dimitirá mañana viernes, después de que su formación política, el Partido Demócrata (PD), le retirase el apoyo a su gobierno de coalición.
“Informé al presidente de la república, Giorgio Napolitano, de mi intención de dirigirme (a su oficina) mañana para presentar mi dimisión”, dijo Letta en un comunicado. El mandatario anunció su decisión poco después de que la cúpula del PD apoyase de forma abrumadora una propuesta del líder del partido, Matteo Renzi, para retirar el apoyo a Letta.
En total, 136 de los miembros de la cúpula del PD votaron a favor de la propuesta de Renzi, y tan sólo 16 lo hicieron en contra. Durante una reunión de la cúpula del partido, Renzi agradeció a Letta su trabajo y habló de “la necesidad y la urgencia de iniciar una nueva fase y un nuevo gobierno”, que debería durar hasta 2018.
Ahora se espera que sea nombrado primer ministro Renzi, quien quiere lograr rápidas reformas que den un giro a Italia. El jefe de gobierno había rechazado categóricamente que fuera a renunciar hasta la tarde.
Letta no participó en la reunión del partido y siguió las consultas desde el Palacio de Gobierno Chigi. Poco después de la votación, anunció su renuncia en una declaración. Italia, sumergida en una recesión permanente, tendrá de esta forma su cuarto jefe de gobierno en sólo cuatro años. Napolitano debe intentar ahora consultas para encontrar una solución a la crisis.
Podría designar a Renzi como nuevo primer ministro sin elecciones anticipadas. El alcalde de 39 años de Florencia había aclarado previamente que no se trata de una “batalla entre hermanos”, sino que Italia no puede seguir viviendo en la inseguridad y la inestabilidad.
Agradeció al gobierno el “notable trabajo” de los últimos meses, pero dijo que Italia estaba ahora en una encrucijada. Indicó que era necesario de forma urgente iniciar una nueva etapa y un nuevo gobierno de modo de reformar el país hasta 2018. Renzi, votado por gran mayoría jefe del PD en diciembre, pide reformas profundas y veloces para el país. Fue acusado en numerosas ocasiones de perseguir únicamente su ambición política.
La izquierda italiana está acostumbrada a las rivalidades. Sus anteriores gobiernos de 1996 a 1998, así como de 2006 a 2008, se desintegraron por enfrentamientos internos, lo cual despejó el camino para un regreso del jefe de gobierno conservador Silvio Berlusconi.
Considerado un “hacedor”, Renzi se arriesga con su ataque frontal a Letta a una división del partido y a la acusación de haberse comportado en forma desleal con su compañero de filas. De acuerdo con las encuestas, la mayoría de los italianos está en contra de un traspaso simple de poder de Letta a Renzi sin elecciones anticipadas. También Renzi se pronunció a favor de este camino.
“El camino a las elecciones tiene su atractivo y su charme”, dijo. Pero sin una ley electoral modificada aún por completo, existe el riesgo de que no haya una mayoría clara.
Napolitano había rechazado las elecciones anticipadas como “una tontería” y pedido primero una urgente reforma de la ley electoral, sin la cual se podría producir un empate paralizante en el Parlamento como el del año pasado. Según informes de los medios, Letta incluso rechazó ser ministro de Economía en un gabinete de Renzi. Por la noche, había dicho que Renzi debía decir de forma abierta y clara lo que quiere, ya que nadie renuncia por “maniobras de palacio” o rumores.